Ayer el grupo yihadista Estado Islámico se atribuyó en un comunicado los ataques contra iglesias y hoteles que dejaron cerca de 350 muertos y 650 el domingo en Sri Lanka. Reafirmó así las sospechas del gobierno de que los responsables de los atentados fueron integrantes de grupo yihadista local con apoyo de una red internacional.

El gobierno también había manifestado que el país recibió alertas de las agencias de inteligencia de otros países sobre posibles ataques, pero no actuó a tiempo. Por eso, el presidente, Maithripala Sirisena, anunció ayer que tomará “medidas serias contra los funcionarios jerárquicos que no cumplieron con sus responsabilidades adecuadamente”. El gobernante agregó que planea cambiar “a los jefes de las fuerzas de seguridad en las próximas 24 horas”, y dijo que la decisión incluirá a las instituciones de inteligencia, la Policía y las Fuerzas Armadas.