El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro anunció el inicio de un plan de racionamiento eléctrico en el país que durará 30 días. No dijo en qué consistirá, pero el gobierno ya empezó a aplicar desde el fin de semana una serie de medidas de contingencia para paliar las consecuencias de los cortes de luz y agua potable, que en algunas zonas continuaban ayer por octavo día consecutivo. Por un lado, las autoridades desplegaron camiones cisternas para distribuir agua mientras trabajaban para restaurar el servicio. Por otro, el gobierno anunció que hasta que se resuelvan los “daños de consideración” implementará una jornada laboral reducida hasta las 14.00. Ayer, además, suspendió por undécima ocasión en un mes las actividades escolares.

Maduro espera que mientras esté vigente el plan se resuelvan las fallas que ha presentado el sistema eléctrico desde el 7 de marzo, cuando empezó una secuencia de apagones nacionales. El último corte masivo de luz tuvo lugar el lunes 25 y, desde entonces, muchas zonas del país permanecen a oscuras.

El gobernante no había hecho declaraciones públicas desde que se desató la última ola de apagones, pero el domingo de noche rompió el silencio para anunciar el plan en un discurso televisado en el que reiteró que la inestabilidad eléctrica se debe a “ataques” contra el sistema lanzados por la oposición y el gobierno estadounidense, que quieren “llevar al país al caos, a la violencia”. El presidente dijo que la semana pasada la principal central hidroeléctrica del país, Guri, recibió disparos de fusil de larga distancia que dañaron varios equipos, por lo que “el golpe fue directamente al sistema de generación y afectó la capacidad de generación”.

Maduro informó además que las autoridades están investigando una posible infiltración dentro del servicio eléctrico “que pudiera estar sirviendo de topo para dañarlo desde adentro”, y reconoció que la situación es “muy grave”. “Estos son golpes de una guerra eléctrica para volver loco a este país, para volver loco al pueblo, y no lo vamos a permitir; estamos concentrados [...] en reponer, recuperar, reconstruir todo lo que se ha dañado con esta guerra eléctrica y en restituir de manera paulatina en un régimen autoadministrado de carga, restituir el servicio eléctrico a nuestro pueblo”, prometió. Y pidió a los ciudadanos “máxima resistencia, máxima paciencia” y “defender la paz”.

Pero no todos conservaron la paciencia. El hecho de que a los apagones se hayan sumado los cortes del suministro de agua potable multiplicó el descontento que ya había en un sector de la población y llevó a que miles de venezolanos salieran a las calles a protestar contra el gobierno de Maduro. El domingo, por séptimo día consecutivo, las cercanías de la sede presidencial fueron tomadas por una veintena de protestas en las que los vecinos cortaron las calles, armaron barricadas y corearon consignas antigubernamentales. Además de las pancartas, los carteles y las banderas, los manifestantes mostraron el domingo recipientes vacíos para denunciar la falta de agua en sus hogares desde hace tres, cinco u ocho días. Y multiplicaron un pedido en particular: “No quiero cisterna, quiero agua de chorro”.

El líder opositor y autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, renovó el domingo de noche la convocatoria a manifestaciones callejeras. “Es el momento de protestar organizados, para así proteger a nuestros vecinos y proteger a nuestro país [...] ¡Que nadie se quede en su casa! La dictadura nos quiere apaciguados. No pudieron con la electricidad, ni con el agua ni con la economía”, publicó en su cuenta de en Twitter. También adelantó que encabezaría dos actos en la tarde de ayer.

Anoche, el Tribunal Supremo de Justicia pidió que se le retiren los fueros de legislador a Guaidó para continuar con la investigación que se le abrió debido a su autoproclamación. En la solicitud, el tribunal dispone además que se bloqueen las cuentas del dirigente, ratifica que tiene prohibido salir de Venezuela y manifiesta que desacató esa orden cuando visitó varios países vecinos, en febrero. La decisión sobre los fueros de Guaidó quedará en manos de autoridades oficialistas. Según informó el diario venezolano El Universal, el pedido será remitido a Diosdado Cabello, el presidente de la oficialista Asamblea Constituyente, a la Fiscalía General y a los ministerios del Interior y de Relaciones Exteriores.