Los partidos políticos españoles iniciaron oficialmente la campaña para las elecciones del domingo 28 con una intensa agenda que incluye pegatinas, debates televisados y actos organizados en todos los rincones del país. La campaña comenzó en la medianoche del viernes, cuando –prácticamente en simultáneo– los principales candidatos a la presidencia del gobierno español participaron en actos para inaugurar la cuenta regresiva.

El candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y aspirante a mantenerse en el cargo de presidente del gobierno, Pedro Sánchez, instó a sus seguidores a acudir a las urnas porque sólo con el voto se puede vencer a “los tres temores” que, según dijo, representan el Partido Popular (PP) y Ciudadanos, de derecha, y el ultraderechista Vox. “Vamos a hacer que pase la victoria socialista por primera vez en 11 años. A votar y a ganar”, insistió Sánchez en un acto en la ciudad de Dos Hermanas, en Sevilla, acompañado por la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz.

Por su parte, el líder y candidato del PP, Pablo Casado, prometió desde el Parque Retiro de Madrid una campaña “en positivo” y pidió el apoyo a su partido para “poner freno a la posible recesión” económica y “la deriva secesionista” a la que consideró que se enfrenta España, esto último en referencia al independentismo catalán. A sabiendas de que su partido sufre una huida de votos hacia Vox, Casado agregó: “Estamos en una encrucijada en la que nuestro partido es más necesario que nunca”.

La coalición Unidas Podemos –como fue renombrada la alianza Unidos Podemos de cara a estos comicios– también eligió la capital española para iniciar la recta final de la campaña electoral. Su candidato, Pablo Iglesias, pidió llenar las urnas de “verdades”, y agregó: “De verdades cotidianas, de las verdades de la gente que tiene dificultades para llegar a fin de mes, de los jóvenes que han tenido que emigrar”. Llamó a enfrentar así “las mentiras” de los políticos que son “las grandes amenazas” a la democracia española.

En el breve discurso, que brindó junto al líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, el titular de Podemos también se dirigió a “los poderosos” para decirles que no son ellos quienes deben escribir la Historia, sino la “gente corriente”. Antes de hablar, los dos dirigentes pegaron afiches electorales en los alrededores del lugar.

A su vez, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, buscó nuevamente destacarse en sus métodos y estrenó campaña en dos lugares distintos de manera simultánea: brindó un discurso en Pedraza, un pequeño pueblo de la ciudad de Segovia, que fue transmitido en la sede del partido en Madrid mediante la proyección de su holograma. Rivera ofreció a los españoles un “proyecto de igualdad” para todos, independientemente de donde vivan, y apostando por “mirar al futuro” y “unir a los españoles”.

También buscó originalidad el candidato de Vox, Santiago Abascal, quien parado sobre la base de una estatua del estratega militar del siglo XVIII Blas de Lezo dijo directamente que el 28 marcará un “cambio histórico” para España. Será así, dijo, gracias a la irrupción de su partido, al que presentó como “la única alternativa” al gobierno “ilegítimo” del PSOE.

Las encuestas más recientes apuntan a que los socialistas serán los más votados, y se desmarcarán del resto de las formaciones de manera holgada. El último sondeo, llevado a cabo por la encuestadora GAD3 y publicado el sábado por el diario La Vanguardia, atribuye al PSOE el lugar de primera fuerza política, con una intención de voto de 31%, que le daría unos 140 escaños –en un Congreso integrado por 350 diputados–. Una distante segunda posición alcanzaría el PP, con algo más de 20% de respaldo y un número de escaños que se encontraría entre 79 y 84, seguido de Ciudadanos (14% de los sufragios y cerca de 46 bancas), Unidas Podemos (11,4% y entre 27 y 30 bancas) y Vox (11,2% y entre 16 y 29 bancas).

En este escenario, la derecha, unida, quedaría a más de una decena de escaños de la mayoría parlamentaria, de 176 diputados. La izquierda tiene más chances de gobernar. En el mejor escenario, una eventual alianza entre el PSOE, Unidas Podemos y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) podría llegar a 170 escaños.

Las expectativas de una victoria socialista crecen con otro dato que aporta este sondeo, y es que quienes prefieren a Sánchez como presidente del gobierno español pasaron de 26% en febrero al 36% actual.