El Partido Socialdemócrata (PSD) de Finlandia fue el más votado en las elecciones de ayer, con el ex sindicalista Antti Rinne como líder y con promesas de reforzar las políticas sociales que sufrieron recortes en los últimos años. Sin embargo, este partido apenas superó al segundo en votos, el ultraderechista Partido de los Finlandeses (antes Partido de los Verdaderos Finlandeses). La diferencia fue sólo de 0,2%, según el escrutinio, que anoche llegaba a 99,3%.

Aun con esta escasa ventaja, el PSD, que estuvo 20 años alejado del gobierno, tiene ahora la oportunidad de buscar las alianzas necesarias en el Parlamento para que su líder acceda al cargo de primer ministro. Los eventuales socios políticos deberán provenir de distintos partidos, porque el Parlamento que surgió de las elecciones de ayer es uno muy fragmentado. De acuerdo con la agencia de noticias Efe, el PSD alcanzó 17,7% de apoyo y sólo 40 de las 200 bancas, mientras que la ultraderecha reunió 17,5% de los votos y 39 diputados.

En tercer lugar quedó el derechista Partido de la Coalición Nacional (16,9%), aliado del primer ministro Juha Sipilä, del Partido de Centro, que obtuvo el cuarto puesto (13,9%). Los siguen la Liga Verde (11,4%), que celebró sus resultados como los mejores que ha obtenido, la Alianza de Izquierda (8,2%) y otras organizaciones políticas, que no alcanzaron el 5% de respaldo.

El líder socialdemócrata Rinne llegó a las elecciones con la promesa de aumentar los impuestos para promover la igualdad económica y financiar las políticas de educación, salud y prestaciones sociales que sufrieron recortes durante el actual gobierno. Por su parte, el ultraderechista Partido de los Finlandeses aprovechó en su discurso de campaña el rechazo de parte de la población a la llegada de inmigrantes.