Miles de personas se movilizaron ayer en el centro de Buenos Aires bajo la consigna “Por la unidad, la producción y el trabajo argentino”. La manifestación fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), el Frente Sindical, las dos organizaciones en las que se dividió la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y varias organizaciones sociales. La lluvia persistente y el cielo oscurecido fueron el marco de estas nuevas marchas, que tuvieron como eje el repudio a los ajustes que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.
Entre los reclamos de la marcha se pidió la aprobación de leyes de emergencia habitacional, alimentaria, ocupacional y de las tarifas públicas. Se trata de medidas para intentar detener la creciente conflictividad social, que se da en un contexto de inflación, aumento de la pobreza y notoria desmejora de las condiciones de vida de buena parte de la población. También se hizo oír durante la marcha el reclamo a las centrales sindicales para que convoquen conjuntamente a un paro general en los próximos días.
En este sentido, el secretario general de una de las CTA, Hugo Yasky, dijo que luego de la jornada de movilizaciones “tiene que haber un paro nacional en abril”. En diálogo con el programa Habrá consecuencias, de El Destape Radio, el líder sindical dijo que la CTA se movilizó “en defensa de la producción nacional, para proteger a las pymes [pequeñas y medianas empresas] y en defensa del empleo”, y recordó que la desocupación en el país llega a 9,1%.
Yasky dijo también que fue significativa la presencia en la marcha de muchos representantes de las pymes, que “generan siete de cada diez empleos”, y recordó: “La última vez que marchamos así fue a fines de los años 90, antes del estallido de la crisis de 2001”. Sobre la presentación de candidaturas de cara a las elecciones presidenciales de octubre, Yasky afirmó que la ex presidenta “Cristina [Fernández] es una referencia ineludible de cualquier armado opositor”.
La movilización de las diferentes columnas comenzó sobre las 11.00 de la mañana en varios puntos céntricos de Buenos Aires, y luego la principal se trasladó hacia el Ministerio de Desarrollo Social, donde se planteó la urgente declaración de emergencia alimentaria. “El reclamo está dirigido a la ministra Carolina Stanley y a las máximas autoridades del gobierno nacional, debido a que la situación social es absolutamente crítica”, dijo al diario Tiempo Argentino Marianela Navarro, vocera del Frente de Organizaciones en Lucha. “Exigimos además el tratamiento de la ley de emergencia alimentaria ante la demanda de la necesidad de elementos de los sectores más humildes”, agregó.
Congreso dividido
Mientras en las calles porteñas se desarrollaba la movilización, los diputados de los tres sectores de la oposición peronista que habían convocado una sesión de la Cámara de Diputados –el Frente para la Victoria, el Frente Renovador y Peronismo Federal– lograron el cuórum necesario de 130 legisladores para comenzar a tratar medidas para paliar la crisis económica. Sin embargo, había muy pocas posibilidades de que el paquete, que incluye más de 80 medidas, fuera aprobado. La oposición no contaba con la mayoría especial de dos tercios de los votos que necesitaba para sacarlo adelante. De todas maneras, haber conseguido el cuórum para que la sesión tuviera lugar fue considerado una victoria por los opositores a Macri.
El comienzo de la sesión estuvo marcado por una encendida disputa entre los diputados de la oposición y los miembros de la alianza gobernante Cambiemos, quienes se pararon frente a sus bancas para evitar que se mantuviera el cuórum que ya se había logrado. Sin embargo, el objetivo del gobierno de impedir que se votara el temario fracasó.
El presidente de la Cámara, Emilio Monzó, decidió no dar curso a la moción de orden del diputado oficialista Juan Manuel López para que se levantara la sesión. “Vamos a seguir la sesión como corresponde, como se había acordado”, dijo el presidente de la Cámara, según consignó Página 12.
Previamente, los diputados opositores habían denunciado que se estaba “clausurando” el Congreso con el sometimiento a votación de la moción de orden. “No se puede negar el derecho a discutir y debatir de quienes hemos conseguido cuórum”, se quejó el diputado de Red por la Argentina, Felipe Solá. Antes del inicio de la sesión, también se manifestó en forma vehemente la diputada del Frente Renovador Graciela Camaño, quien afirmó: “Me avergüenza mi salario, no podemos seguir sin trabajar, cobrando lo que cobramos, el país está en crisis. Los argentinos no se merecen que este Congreso tenga el presupuesto que tiene, damos vergüenza, ustedes dan vergüenza”.