José Antonio Urritikoetxea, más conocido como Josu Ternera, dirigente histórico del grupo armado vasco ETA, caminaba ayer por un estacionamiento en Sallanches, una localidad de la zona de los Alpes franceses, cuando lo detuvo un operativo coordinado entre las policías de Francia y España. Hacía 17 años que las autoridades españolas lo buscaban.
El dirigente, de 69 años, se había unido a ETA a comienzos de la década de 1970 y llegó a liderar la organización de 1986 a 1989. Por eso, en 2002, la Justicia lo citó a declarar como sospechoso de un atentado contra un cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza cometido en 1987. En esa acción ETA mató a 11 personas. Ternera no se presentó al juzgado y desde entonces se mantuvo prófugo, hasta ayer.
Ya había sido detenido en Francia 30 años antes, en 1989, y allí cumplió una condena hasta 1996. Después fue entregado a España, donde siguió en prisión hasta el año 2000. Sin embargo, mientras estaba en la cárcel, en 1998, fue electo diputado del Parlamento vasco por la organización política de la izquierda independentista Euskal Herritarrok, y todavía ocupaba la banca cuando se fugó.
Desde entonces, pese a las órdenes de captura, representó a ETA en distintos intentos de diálogo con autoridades españolas, como el que promovió en Ginebra el centro suizo Henri Dunant, en 2005, y el que se frustró en Oslo en 2011, cuando el gobierno de Mariano Rajoy se negó a negociar. Pero ETA nunca logró un acuerdo de desarme, y lo dispuso años después de manera unilateral. El 3 de mayo de 2018, fue Ternera quien le puso su voz a un video en el que anunció la disolución de ETA.