Ricardo Salles, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, se reunió esta semana con representantes de Alemania y Noruega, los dos países que más aportan al Fondo Amazónico, para proponerles un cambio en las reglas por las que se rigen esos recursos. El gobierno de Jair Bolsonaro tiene la intención de que el dinero destinado a programas para proteger la Amazonia brasileña se utilice también para compensar a los dueños de tierras protegidas por privarse de producir allí, informó la agencia de noticias Efe. “No entramos en todos los detalles, que serán objeto de otras reuniones”, dijo Salles.

Esta iniciativa coincide con el discurso de campaña de Bolsonaro, y fue rechazada por el Observatorio del Clima, que reúne a organizaciones que trabajan por la preservación del medioambiente. El observatorio señaló que la mayoría de los propietarios que recibirían esa compensación accedieron a sus tierras de manera ilegal.

El Fondo Amazonia fue creado en 2008, durante la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva, para preservar la región, prevenir la deforestación, recuperar áreas y promover los controles medioambientales. Sus reglas establecen que Noruega (que aporta más de 90% de los recursos) y Alemania (5%) deben aprobar los cambios que se establezcan en este acuerdo.

Días antes de la reunión, Salles presentó el informe de una auditoría según la cual se encontraron irregularidades en 82% de los contratos firmados por el fondo en los últimos años, antes de que asumiera el actual gobierno de Brasil, informaron el diario Folha de São Paulo y la agencia de noticias AP. El ministro no mencionó ejemplos específicos porque está pendiente una revisión del Tribunal de Cuentas, dijo. Sí afirmó que hacen falta “indicadores que demuestren de forma tangible el resultado concreto del uso de los recursos”.

La embajada de Noruega manifestó a Folha su sorpresa ante las declaraciones de Salles, y en un comunicado afirmó que “el fondo depende de un riguroso monitoreo de deforestación realizado por instituciones científicas brasileñas, así como de una gobernanza transparente y diversa, con una amplia participación de la sociedad civil”.

También organizaciones ambientalistas y científicos afirman que el resultado del fondo está comprobado. “El fondo contribuyó objetivamente a que no crezca [la deforestación] porque hubo varios proyectos de apoyo a la fiscalización y proyectos de reforestación. Salles dice que no funciona pero jamás ha ido al campo a analizar”, dijo a AP Adriana Ramos, directora del Instituto Socioambiental y ex integrante del comité orientador del fondo.

Según datos del Instituto do Homem e Meio Ambiente da Amazônia (Imazon), 71% de la deforestación que se registró el mes pasado en la Amazonia brasileña ocurrió en tierras privadas.