Un documento emitido ayer por el papa Francisco establece que los integrantes de la iglesia católica están obligados a denunciar los abusos sexuales y también el encubrimiento por parte de los obispos. Además dispone que todas las diócesis deben implementar, antes de junio de 2020, un mecanismo que facilite la presentación de denuncias. El documento establece que las víctimas no pueden ser objeto de “prejuicios, represalias o discriminación”, ni deben ser impedidas de hablar sobre lo ocurrido.