Generó diferentes reacciones en el espectro político y social argentino la iniciativa planteada por el gobierno de Mauricio Macri de convocar al diálogo a distintos sectores de la oposición. La propuesta busca alcanzar un acuerdo sobre diez puntos que el oficialismo considera claves para enviar una señal de tranquilidad a los mercados e inversores mientras el país transita por una situación económica y financiera difícil.

Los diez puntos del acuerdo

1) Lograr y mantener el equilibrio fiscal.
2) Sostener un Banco Central independiente, que combata la inflación hasta llevarla a valores similares al de países vecinos.
3) Mayor integración al mundo, promoviendo el crecimiento sostenido de nuestras exportaciones.
4) Respeto a la ley, los contratos y los derechos adquiridos con el fin de consolidar la seguridad jurídica, elemento clave para promover la inversión.
5) Creación de empleo a través de una legislación laboral moderna.
6) Reducción de la carga impositiva, a nivel nacional, provincial y municipal y enfocado en los impuestos más distorsivos.
7) Consolidación un sistema previsional sostenible y equitativo.
8) Consolidación de un sistema federal, basado en reglas claras, que permitan el desarrollo de las provincias y que impidan que el gobierno nacional ejerza una discrecionalidad destinada al disciplinamiento político.
9) Asegurar un sistema de estadísticas transparente, confiable y elaborado en forma profesional e independiente.
10) Cumplimiento de las obligaciones con nuestros acreedores.

La semana pasada representantes del macrismo se reunieron con dos referentes del peronismo no kirchnerista, el senador Miguel Pichetto y el gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey, para comenzar a debatir sobre los diez puntos propuestos. Pero varias voces marcaron su distancia con respecto a esta iniciativa política de Macri y su entorno, que en principio no incluía a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.

“No se puede pensar en un documento de acuerdos por Argentina desde la lógica de dividir a la oposición”, dijo el también peronista y líder del Frente Renovador, Sergio Massa. A su vez, el ex ministro de Economía y posible candidato a la presidencia por el justicialismo, Roberto Lavagna, consideró que la convocatoria se trata de una “operación de marketing político”.

Pero ayer el gobierno dio un paso más y anunció que también convocará a dialogar a Fernández, quien todavía no anunció si será o no candidata en las presidenciales de octubre. En declaraciones a la radio La Red, el ministro del Interior de Macri, Rogelio Frigerio, dijo este lunes que “la convocatoria no tiene que excluir a nadie”. Agregó que la ex presidenta “representa a un sector del electorado y es importante que forme parte” de este diálogo, y afirmó que será convocada “probablemente esta semana”.

Pero en el entorno de la ex mandataria tomó el asunto con cierto escepticismo y se puso en duda que el diálogo se concrete. Sin embargo, en el correr de la tarde el diario Clarín informó que el gobierno de Macri le enviará la propuesta formal a Fernández mediante una carta. La ex presidenta no hizo declaraciones públicas en estos días, pero está prevista su reaparición para el jueves, cuando presentará en la Feria del Libro de Buenos Aires su libro titulado Sinceramente.

Consultado por el diario Tiempo Argentino sobre la eventual convocatoria a Fernández, el diputado Agustín Rossi, jefe de la bancada kirchnerista en Diputados, criticó el llamado y consideró que “los diez puntos son una hoja de ruta de lo que plantea el Fondo Monetario Internacional [FMI]” y que “piensa en los mercados y no en el pueblo”.

En una línea similar se manifestó el diputado nacional Nicolás del Caño, del Partido de los Trabajadores Socialistas-Frente de Izquierda y de los Trabajadores. “Desde el Frente de Izquierda no participamos en ningún tipo de acuerdo a espaldas del pueblo, ni con el gobierno que está llevando a la ruina a la Argentina luego de haber puesto al FMI al mando de la economía, ni con el peronismo que les votó todas las leyes y plantean seguir bajo los mandatos de [la directora del organismo internacional, Christine] Lagarde”. En declaraciones a La Izquierda Diario, Del Caño agregó que “están preparando salidas a espaldas del pueblo, pactos entre los partidos tradicionales, las cúpulas empresarias, la iglesia y la burocracia sindical”.

Frigerio, por su parte, aseguró que “esto no es un contrato de adhesión, es el inicio de una conversación para llegar a acuerdos básicos como tienen muchos países de la región, que han podido resolver problemas que la Argentina todavía no ha podido resolver”. El ministro agregó: “Estamos convencidos de que tenemos la capacidad de hacerlo”.

El gobierno se propone que esta convocatoria alcance también a las dos corrientes de la Confederación General del Trabajo (CGT), cámaras empresariales y también instituciones religiosas como la iglesia católica y la evangélica. Según consignó Clarín, citando fuentes cercanas a Macri, la idea es fortalecer la gobernabilidad para los meses que quedan de la gestión actual, así como allanar el camino para quien resulte electo y asuma el próximo gobierno.