Los abogados de Julian Assange presentaron un recurso ante la Fiscalía de Ecuador para evitar que incaute los objetos que el fundador de Wikileaks dejó en la embajada de ese país en Reino Unido, donde estuvo asilado durante casi siete años y donde fue detenido el 11 de abril. Según informó El País de Madrid, Ecuador tiene previsto hacer un registro de su habitación, en la que quedaron documentos, computadoras, celulares y archivos digitales almacenados en distintos dispositivos. La medida de la Fiscalía ecuatoriana responde a un pedido del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

La defensa pidió que “se rectifiquen esos procedimientos”, previstos para el lunes 20, y manifestó que se opone a que la incautación se desarrolle “sin los mínimos jurídicos” que considera que se deben cumplir, según dijo a la agencia de noticias Efe uno de los abogados, Carlos Poveda. Esas condiciones, afirmó, deben incluir la presencia de Assange en el procedimiento.

Otro abogado del activista australiano, el ex juez español Baltasar Garzón, dijo al diario madrileño que la entrega de las pertenencias de Assange a Estados Unidos implica una “absoluta vulneración” de la institución del asilo por parte de Ecuador. Afirmó que en ese caso, Ecuador estaría aprovechando “la posición privilegiada de haberlo acogido para remitir sus pertenencias al país que lo persigue”, y que lo haría “sin mandamiento judicial, sin protección de los derechos del asilado, sin respeto a la cadena de custodia”. Como además Assange fue filmado durante su estadía en la embajada, su defensa sospecha que Ecuador pudo haberle entregado ya a Estados Unidos documentación para que la use como prueba en su contra.

Cuando el fundador de Wikileaks se refugió en la embajada ecuatoriana intentaba evitar que la Justicia de Reino Unido lo extraditara a Suecia, donde se lo investigaba por dos delitos sexuales. Por entonces, Assange explicó que corría riesgo de que Suecia lo extraditara a su vez a Estados Unidos, donde podía enfrentar cargos por haber divulgado documentos secretos mediante Wikileaks.

Por la filtración de esa información confidencial a Wikileaks, la ex analista de inteligencia militar estadounidense Chelsea Manning pasó siete años en prisión. Había sido condenada a 35 años, pero su pena fue conmutada en 2017 por el entonces presidente Barack Obama, días antes de dejar el gobierno, y esto le permitió quedar en libertad. Sin embargo, hace dos meses Manning volvió a la cárcel por 62 días por negarse a declarar ante la Justicia sobre este caso. Ese plazo venció el viernes y Manning fue liberada. Pero sus abogados informaron que puede regresar a prisión, ya que antes de quedar en libertad fue convocada una vez más a dar su testimonio y volverá a negarse.

En el caso de Assange, desde que Ecuador le retiró la protección fue condenado a 50 semanas de cárcel por haber violado su libertad condicional en 2012, y además enfrenta un proceso vinculado con el pedido de extradición a Estados Unidos. A esto se agregó ayer la decisión de la Fiscalía de Suecia de reabrir la investigación en la que es acusado de violación.

El caso había sido cerrado porque no había posibilidades de procesarlo mientras Assange se encontrara asilado. Ahora, según informó la fiscal sueca Eva-Marie Persson, se abre el camino a interrogarlo por videoconferencia en la cárcel británica de máxima seguridad en la que se encuentra y emitir una orden europea de arresto. “No es posible predecir el resultado del proceso, pero considero que una investigación preliminar puede realizarse de forma paralela al caso en Reino Unido”, dijo Persson. La fiscal afirmó que las autoridades británicas deben decidir si acceden a la orden de arresto que emita la Justicia sueca o hacen lugar al pedido de extradición de Estados Unidos.