Un tribunal de Caracas ordenó capturar al dirigente opositor venezolano Leopoldo López, que hasta este jueves se encontraba en la residencia del embajador español. Allí buscó protección después de que el martes dejó su casa, donde cumplía una condena en régimen de prisión domiciliaria, y se sumó al levantamiento que anunció el líder opositor y autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó.

El gobierno español manifestó en un comunicado que “no tiene intención” de entregar a López, y que “confía en que las autoridades venezolanas respeten la inviolabilidad de la residencia del embajador” en Caracas. Manifestó también que la orden de detención “se trata de un movimiento judicial esperado”.

Según informó el Tribunal Supremo de Justicia en una nota de prensa, la corte también decidió revocarle al dirigente opositor la medida de prisión domiciliaria “por violarla flagrantemente” y determinó que complete su condena -de la que ya cumplió cinco años de un total de 14- en la cárcel militar de Ramo Verde, donde estuvo privado de libertad hasta mediados de 2017. La Justicia señaló además que López tampoco respetó la medida que le impedía hacer pronunciamientos políticos en medios de comunicación y demostró “con ello la no sujeción a las medidas”.

Antes de que fuera pública la orden de detención, la esposa del dirigente opositor, Lilián Tintori, que también fue albergada en la residencia del embajador español, al igual que su hija, denunció que la casa de la familia, en Caracas, fue “allanada” y “robada” el miércoles por integrantes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). “No sé por qué vinieron, porque ellos ya sabían, el régimen, la dictadura, que Leopoldo no estaba aquí en la casa. Leopoldo fue liberado de forma constitucional, de forma legal la madrugada de ayer [por el martes, cuando] salió de la casa rodeado de la Fuerza Armada Nacional y del Sebin”, dijo Tintori a periodistas después de entrar a su casa para ver en qué estado se encontraba.

“No sé qué ganan con esto”, agregó, y dijo que a primera vista pudo percibir que fueron robados “televisores, equipos de sonido, todos los aparatos, computadoras” e incluso las mamaderas de su hija. Tintori afirmó que “Maduro mandó a unos ladrones” a entrar en su casa porque “él es un ladrón, un corrupto, un dictador, una persona que tiene destruido a un país que tiene hambre” y que vive “la peor crisis de la historia”.

Al ser consultada sobre López, Tintori dijo que “está muy firme”, “orgulloso de Venezuela” y “conmovido de lo que sintió y lo que ha sentido en la calle”. Agregó: “Salió después de cinco años de prisión injusta, es liberado por la Fuerza Armada Nacional, el Sebin y un indulto presidencial de nuestro presidente Juan Guaidó, y está seguro que esta dictadura se va a acabar, confiado de que hay mas patriotas que corruptos, más venezolanos que aman la tierra que venezolanos que simplemente quieren seguir destruyéndola”.

Más tarde, López habló con periodistas en la puerta de la residencia del embajador y dijo que el levantamiento contra el gobierno no terminó. “Claro que van a venir más movimientos militares”, dijo. “Durante más de tres semanas tuve reuniones en mi casa con representantes de distintos componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y organismos policiales que se comprometieron con el cese de la usurpación. Lo que comenzó el 30 de abril es irreversible”, dijo, según citó el diario venezolano El Nacional. El opositor manifestó que que la meta de quienes apoyan este levantamiento es llamar a “elecciones libres” y agregó: “No queremos imponer un gobierno de facto. Lo que se va a lograr es una elección libre”.

Por su parte, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, advirtió a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que “ha llegado la hora de combatir” para “derrotar intentonas golpistas de traidores que se venden a los dólares de Washington” y exigió “máxima moral para desarmar a cualquier traidor, a cualquier golpista”. Ante cientos de militares reunidos en el Ministerio de Defensa, el gobernante también pidió que permanezcan “cada vez más cohesionados” y que respeten la consigna: “leales siempre, traidores nunca”.

Junto al presidente estaba el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, quien criticó que haya detractores de Maduro que “quieren comprar oficiales” para generar enfrentamientos entre militares. “Aquellos que hayan caído en vender su alma dejan de ser soldados, no pueden estar entre nosotros”, sentenció.

En un tono más duro, el número dos de la Fuerza Armada, Remigio Ceballos, dijo a los militares: “Vamos contra todo aquel desleal [...] No aceptamos que nos dirijan desde afuera, extranjeros. Podemos aceptar cooperación internacional de la que se decida en la política internacional del comandante en jefe”. En referencia a Guaidó, agregó: “No nos dejamos mandar por nadie y mucho menos por un idiota que se hace pasar por presidente”.

El intento de tomar el poder que lideró Guaidó el martes tuvo poca adhesión de la Fuerza Armada Bolivariana pero desató violentas protestas en el país que se extendieron hasta el miércoles de noche. La organización civil Observatorio de Conflictividad Social registró en dos jornadas cuatro muertes -todas causadas por impactos de bala durante protestas convocadas por la oposición- y cerca de 200 heridos. De acuerdo con el conteo de la misma organización, ya son 57 los fallecidos durante las protestas contra el gobierno de Maduro desde que empezó el año.