En un emotivo discurso la primera ministra británica Theresa May anunció ayer que renunciará a su cargo el próximo 7 de junio y que permanecerá en él hasta que el Partido Conservador culmine el proceso de elegir un nuevo líder, algo que se estima que sucederá a fines de julio.

Tras reunirse con Graham Brady, presidente del grupo parlamentario conservador, May compareció ante los medios de prensa en el frente de la residencia oficial ubicada en el número 10 de Downing Street, en Londres. En su esperada declaración, la primera ministra visiblemente emocionada dijo entre lágrimas que se despide “del trabajo que ha sido el honor de mi vida”.

May -quien es ministra desde julio de 2016- agregó que deja el cargo “sin mala voluntad, pero con una gratitud enorme y duradera por haber tenido la oportunidad de servir al país que amo” y lamentó no haber podido culminar exitosamente el proceso del brexit, sin embargo, ella insistió en que había seguido la estrategia correcta hasta el final.

La decisión de May llegó luego de una semana signada por la crisis del brexit en la que su anuncio de presentar por cuarta vez consecutiva su proyecto de acuerdo para la salida de la Unión Europea fue rechazado por gran parte de los miembros de su propio partido y los aliados parlamentarios, a la vez que las proyecciones de las elecciones para el parlamento europeo mostraban un triunfo del Partido del Brexit liderado por Nigel Farage y la derrota de los conservadores.

Según informó The Guardian, el ex alcalde de Londres Boris Johnson es el principal favorito para suceder a May, aunque se espera que haya muchos aspirantes al cargo, entre ellos el secretario de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt. Johnson hoy mismo salió con fuerza a marcar su posición dentro del partido e insistió en que el Reino Unido debe abandonar la Unión Europea el 31 de octubre, “con un acuerdo o sin él”, en un intento de apuntalar su ascendencia dentro del ala derecha del partido.