Durante su llegada a la ciudad japonesa de Osaka, donde participará en una nueva cumbre del G20, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, desestimó las críticas de la canciller de Alemania, Angela Merkel, referentes a la deforestación que está sufriendo la nación sudamericana, y dijo que su gobierno no sólo no aceptará reprimendas de otras naciones, sino que tiene mucho ejemplos que dar a los europeos acerca de cuestiones medioambientales.

“Tenemos ejemplos para dar a Alemania, incluso sobre medioambiente; su industria continúa siendo fósil, en gran parte en base a carbón, y la nuestra no, así que ellos tienen que aprender mucho de nosotros”, dijo el presidente ultraderechista, según informó O Globo. Bolsonaro agregó, ante la prensa: “Se debe respetar a Brasil. No aceptaremos el tratamiento que tuvieron algunos jefes de Estado”. Durante el breve encuentro con los medios Bolsonaro evitó refererirse al militar que integraba su comitiva que fue detenido en la ciudad española de Sevilla transportando 39 kilos de cocaína.

En apoyo a la postura de Bolsonaro respecto del medioambiente se expresó el general Augusto Heleno, ministro jefe del gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia, quien también está en Osaka para participar en la cumbre.

Según consignó la revista Fórum, molesto ante las preguntas de los periodistas, Heleno dijo: “Los países que critican, que vayan a buscar a sus grupos”, tildando además a los periodistas de estar “muy mal informados”, al afirmar que estos países del primer mundo utilizan organizaciones civiles para explotar los recursos naturales de Brasil.

“No tengo ninguna duda. La estrategia es preservar el medioambiente de Brasil para que después ellos exploten los recursos. Está lleno de ONG detrás de ellas, ONG que se sabe que están al servicio de gobiernos extranjeros”, dijo Heleno, quien les sugirió a los periodistas que lean y se informen más sobre estos temas.

Los dichos de Bolsonaro y su ministro hacen referencia a las declaraciones dadas por la canciller alemana Angela Merkel, que este miércoles, en una exposición en el Parlamento alemán, calificó de “dramática” la situación que está viviendo Brasil en relación al medioambiente.

De acuerdo con los datos recogidos por Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonia (Imazon) –una organización civil con sede en la ciudad de Belén, en el estado de Pará–, el ritmo de deforestación de la selva brasileña aumentó 20% en los últimos nueve meses. Basando su información en imágenes satelitales, los responsables de Imazon revelaron que la región perdió 2.169 kilómetros cuadrados de selva entre agosto y abril, un incremento respecto de los 1.807 kilómetros cuadrados perdidos en el mismo período del año anterior. Los analistas atribuyen la mayor parte de la deforestación a la tala desmedida y la invasión de tierras, que en ocasiones ocurre en zonas protegidas y reservas indígenas.

En base a estas cifras, Merkel afirmó ante los legisladores alemanes: “Veo con gran preocupación la cuestión de las acciones del presidente brasileño [sobre la deforestación] y, si se presenta, aprovecharé la oportunidad en el G20 para tener una discusión clara con él”. Merkel agregó que hará todo lo posible para influir en las políticas medioambientales de Brasil, pero descartó usar el bloqueo al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur como medida para presionar a los países sudamericanos.

Por otro lado, este jueves nuevamente se tejieron especulaciones acerca del estado de salud de Merkel, que tuvo un nuevo episodio de visibles temblores durante un acto público. En las imágenes difundidas por las cadenas alemanas, se puede ver como la canciller –que el 17 de julio cumplirá 65 años– trata de contener los temblores como puede y poco después rechaza un vaso de agua que le ofrece un asistente.

El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, ha asegurado a la agencia alemana DPA que Merkel no tiene previsto alterar su agenda y acudirá tal como estaba previsto a la reunión del G20. “La canciller está bien”, sentenció el funcionario a pesar de los evidentes temblores padecidos por la líder demócrata cristiana.

La semana pasada Merkel trató de restar importancia a las especulaciones desatadas sobre su estado de salud tras un episodio similar al de ayer, cuando se la vio intentando controlar un temblor de manos y piernas mientras recibía al presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, durante un encuentro en Berlín.