Según el informe Atlas de la violencia 2019, publicado este miércoles por el Instituto de Investigación Económica Aplicada, en asociación con el Foro Nacional de Seguridad Pública, en Brasil se registraron 65.602 muertes violentas intencionales en 2017. De estas muertes, según informó la revista Fórum en base al documento, más de 75% de las víctimas fueron personas negras y más de la mitad, jóvenes de entre 15 y 29 años.

Estas cifras sitúan al homicidio como principal causa de muerte de los jóvenes brasileños. “Este número representa una tasa de 69,9% de homicidios por cada 100.000 jóvenes en el país, una tasa récord en los últimos diez años. El homicidio fue la causa de 51,8% de las muertes de jóvenes de entre 15 y 19 años; de 49,4% para personas de entre 20 y 24; y de 38,6% de las muertes de los jóvenes de entre 25 y 29 anos”, se explica en el informe.

En el estudio se revela que por cada no negro (blanco, indígena o asiático, de acuerdo al criterio de autopercepción empleado) muerto en el país, casi tres afrobrasileños fueron asesinados. Este escenario ha empeorado en la última década. Mientras que el índice de homicidios de no negros aumentó 3,3% de 2007 a 2017, el de negros aumentó 33,1%. Estos números también se reflejan en la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes. Entre los negros el índice de muertes fue de 43,1%, mientras que fue de 16% de personas que no son negras.

Los peores números se registran en los estados del norte y el nordeste brasileño. Por ejemplo, Alagoas tiene la quinta tasa más alta de afrobrasileños asesinados cada 100.000 habitantes, cifra que es superada por estados vecinos como Rio Grande do Norte, Acre, Sergipe y Ceará, donde un negro tiene una probabilidad 18 veces mayor de ser asesinado que alguien que no lo es.