La ministro Cármen Lúcia, quien encabeza la segunda cámara del Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia de la Justicia brasileña, decidió posponer la petición de libertad que había sido solicitada por la defensa del ex presidente Luiz Inácio Lula de Silva. El pedido originalmente iba a ser tratado por los miembros del organismo este martes, pero el lunes, sin dar mayores explicaciones, la ministra Lúcia decidió postergarlo, justo antes de la feria judicial del mes de julio, por lo que el caso recién podrá ser considerado durante el mes de agosto.

En el recurso presentado por los representantes legales de Lula se argumenta que el ex juez y actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro, actuó parcialmente en el proceso que culminó con el encarcelamiento del líder del Partido de los Trabajadores en el marco de la causa del Lava Jato. Específicamente se atribuyó a Lula el haber recibido como soborno un apartamento en la localidad de Guarujá, en el estado de San Pablo. La honestidad en el accionar de Moro quedó cuestionada luego de las filtraciones de las conversaciones que el ex juez mantuvo con fiscales de la unidad de investigación del Lava Jato, cuyas primeras revelaciones fueron publicadas el pasado domingo 9 por el sitio The Intercept.

En este sentido, el pasado domingo el periódico Folha de São Paulo anunció que había hecho un acuerdo con The Intercept para acceder a las conversaciones del grupo de tareas de la operación Lava Jato filtradas por una fuente anónima. En su primera cobertura del tema, Folha dio a conocer de qué forma los fiscales de la operación mediaron entre Moro y los integrantes del Supremo Tribunal Federal, que se habían molestado cuando el entonces juez dio a conocer diálogos entre Lula y Dilma Rousseff obtenidos ilegalmente. Además, el periódico confirmó la autenticidad del material en poder de The Intercept.

Con este marco de fondo se produce este tironeo judicial dentro de la segunda cámara del STF, que ahora cuenta con este nuevo elemento en el pedido de liberación de Lula que había sido inicialmente presentado en diciembre del año pasado. Hasta ahora, dos ministros de este órgano del STF votaron en contra de la solicitud de Lula, pero aún faltan las opiniones de los otros tres integrantes del cuerpo, los ministros Gilmar Mendes, Marco Aurélio Mello y Celso de Mello.

Este lunes, enterado de la postergación de la decisión sobre la causa que lo involucra, Lula le escribió una carta al ex ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, quien hizo público el texto a través de sus redes sociales. “Mis abogados recurrieron al Supremo para que tuviera finalmente un proceso y un juicio justo, lo que nunca tuve en manos del juez Sérgio Moro; mucha gente poderosa, en Brasil e incluso en otros países, quiere impedir esa decisión, o continuarla aplazando, lo que es lo mismo para alguien que está preso injustamente”, afirmó Lula en su carta. El ex presidente cuestionó la excesiva demora de la solicitud presentada por sus abogados y pidió que ésta sea analizada en base a pruebas y no sobre “convicciones”. “Quiero ser juzgado dentro del proceso legal, en base a pruebas y no a convicciones. Quiero ser juzgado por las leyes de mi país y no por los titulares de los diarios. La pregunta que me hago todos los días acá donde estoy es una sola: ¿por qué tanto miedo a la verdad? La respuesta no me interesa solamente a mí, sino a todos los que esperan Justicia”, afirmó Lula.