Mientras el presidente Jair Bolsonaro sigue sin referirse al caso en forma pública, el margen de maniobra del ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Sérgio Moro, parece cada vez estrecho, debido a las filtraciones de las conversaciones que tuvo con los fiscales de la causa Lava Jato, en las que se puso en evidencia la intencionalidad política del accionar del magistrado durante el juicio que condenó a prisión al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En este marco, algunos integrantes del Supremo Tribunal Federal (STF) –el órgano más importante del sistema judicial brasileño– pretenden que esta corte tome una posición formal sobre los mensajes, que fueron divulgados el domingo por la filial brasileña del sitio periodístico The Intercept.

Según informó Folha de São Paulo, uno de los ministros del STF, Gilmar Mendes, anunció que una de las cámaras de esta corte, conformada por él y otros cuatro ministros, juzgará el martes 25 de junio un recurso presentado por la defensa de Lula en el que se solicita que se suspenda la condena de su defendido, sobre la base de que el ex juez Moro debe ser suspendido por su accionar espurio en el caso del juicio por el apartamento ubicado en la localidad paulista de Guarujá, cuya propiedad se atribuyó a Lula, motivo por el cual el líder del Partido de los Trabajadores fue encarcelado.

El objetivo de los abogados de Lula es conseguir la anulación del juicio, con el argumento de que Moro no fue imparcial en el análisis del caso, tal como surge de las conversaciones entre el ex juez y el fiscal de la causa, Deltan Dallagnol que se filtraron.

Según algunos ministros del STF, el órgano debería emplear el pedido de suspensión de la pena de Lula para ir más a fondo sobre la actuación de Moro y de toda la unidad de investigación del caso Lava Jato, con sede en la ciudad de Curitiba, capital del estado de Paraná. Como el juicio del pedido de la defensa de Lula se llevará a cabo dentro de dos semanas, los ministros del STF esperan que los abogados del ex mandatario amplíen su pedido, adjuntando las filtraciones ya conocidas y las que eventualmente se darán a conocer en los próximos días.

Paralelamente, Moro continúa trabajando al frente de su ministerio, pero por iniciativa propia comparecerá la semana que viene en la Comisión de Constitución y Justicia del Senado para dar explicaciones sobre los mensajes que intercambió con el fiscal Dallagnol. La idea del ex juez fue anticiparse al pedido de la oposición para la conformación de una Comisión Parlamentaria de Investigación en su contra, pero según informó O Globo, el ministro y su entorno están inquietos con la ida al Congreso y con las derivaciones que ella podría tener. De acuerdo con lo que informó el medio carioca, basándose en fuentes cercanas a Moro, la falta de un apoyo consistente a Bolsonaro en el Parlamento abre un escenario que no otorga muchas garantías al ex magistrado, cuya credibilidad ha quedado más que cuestionada tras las revelaciones difundidas por The Intercept.

Por otra parte, ayer se conocieron nuevas declaraciones de Lula, quien fue entrevistado por el periodista Juca Kfouri, del sitio web UOL, en la superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, donde se encuentra detenido desde abril del año pasado.

Según manifestó Kfuori luego de encontrarse con el ex mandatario, “él estaba muy indignado”. “Yo me imaginaba que lo iba a encontrar más tranquilo después de las buenas noticias que recibió en estos días, que dejaron en evidencia la trampa que se armó en su contra”, agregó. Kfuori –prestigioso periodista que dirigió durante años la célebre revista deportiva Placar y que también estuvo al frente de la edición brasileña de Playboy– contó además que Lula, una vez que sea liberado, quiere tener un debate en la Red Globo con Moro y Dallagnol “a la hora que ellos quieran”.

En este contexto de inestabilidad política, Brasil se prepara para un paro general convocado para el viernes por diversas centrales sindicales del país y que se espera que tenga gran adhesión. El objetivo, según manifestaron los principales referentes de los sindicatos convocantes, es protestar contra la reforma de la previsión social y reclamar por la mayor generación de empleos formales, el crecimiento de la economía y el apoyo a la educación pública. No es parte de la plataforma, pero se espera que surja también el pedido de la liberación de Lula.