Durante un desayuno de trabajo que mantuvo con senadores y diputados integrantes de la bancada ruralista, el presidente brasileño Jair Bolsonaro afirmó que la interferencia de autoridades extranjeras en la demarcación de territorios indígenas y de quilombolas –espacios en los que habitan poblaciones afrobrasileñas de manera tradicional en más de 15 estados del país– dificultaban el progreso del país.

Según informó O Globo, el mandatario criticó a la canciller alemana Angela Merkel y al presidente francés Emmanuel Macron, con quienes se encontró durante el fin de semana en la cumbre del G20 realizada en la ciudad japonesa de Osaka.

“Ellos no tiene autoridad para venir a discutir esa cuestión con nosotros. La manera de comportarse de Brasil ante el mundo cambió”, dijo el presidente.

Bolsonaro afirmó que invitó a ambos líderes para sobrevolar la Amazonia y ver de cerca lo que Brasil está haciendo en materia de preservación del medioambiente. “En Osaka invité a Macron y Merkel para sobrevolar la Amazonia. Si ellos encontraran un kilómetro cuadrado de desforestación entre Boa Vista y Manaos, estaría de acuerdo con ellos en la cuestión ambiental. Yo sobrevolé Europa dos veces y no vi un kilómetro cuadrado de bosque”, afirmó el mandatario.

Según Bolsonaro, las conversaciones que tuvo con Macron y Merkel confirmaron lo que él pensaba que sucedía en el pasado en cuanto a la interferencia extranjera en temas ambientales de Brasil. “Esos dos pensaban que estaban tratando con los gobiernos anteriores, que después de reuniones como esta venían para acá y demarcaban decenas de áreas indígenas, demarcaban quilombolas, ampliaban áreas de protección. O sea, dificultaban cada vez más nuestro progreso”, dijo el mandatario ante la aprobación de su auditorio.

Bolsonaro dijo además que le dio un “rotundo no” a Macron cuando este le pidió que tratara algunas cuestiones ambientales con el cacique Raoni, líder de la etnia kayapó. Raoni, de 87 años, se convirtió en un referente internacional en las últimas décadas por su lucha por la preservación de las tierras de los pueblos indígenas y de la Amazonia. El mandatario ultraderechista dijo que reconoce a Raoni como “un ciudadano más, al que debemos respeto y consideración”, pero no como una autoridad.

Esta postura de Bolsonaro y de su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, un aćerrimo aliado de la bancada ruralista, ha puesto en peligro la continuidad de la implementación del Fondo Amazonia, entidad creada en 2008 con el objetivo de reunir donaciones para realizar inversiones para prevenir, monitorear y combatir la desforestación.

Noruega y Alemania, los principales colaboradores de este fondo, plantearon recientemente, por medio de sus embajadores en Brasil, su preocupación por algunas medidas adoptadas por el Ministerio de Medio Ambiente que encabeza Salles. En primer lugar Salles, en el marco de la reestructuración del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), pidió la desaparición del Comité Orientador del Fondo Amazonia y afirmó que le gustaría que parte de esos recursos fueran utilizados para indemnizar a los propietarios de tierras que están dentro de espacios de conservación. En una carta, los embajadores de Noruega, Nils Martin Gunneng, y de Alemania, Georg Witschel, dijeron esperar que “el BNDES siga administrando el fondo y aprobando los proyectos planteados, de acuerdo con entendimientos y directrices ya existentes”. La alarma de los países colaboradores de este fondo aumentó considerablemente luego de que datos recientes divulgaran que la desforestación en la Amazonia aumentó entre 15% y 18% en el último año.

En otro orden, ayer un video publicado por el papa Francisco fue tomado en Brasil como una referencia a la situación que se vive en el país respecto del ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro, cuya actuación como juez en el caso que terminó con el encarcelamiento del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva está seriamente cuestionada luego de las filtraciones divulgadas por The Intercept. En el video difundido por el sumo pontífice, se remarca la importancia de la independencia de los jueces, que en su actuación de acuerdo con el religioso argentino, deben estar “exentos de favoritismos y de presiones que puedan contaminar las decisiones que deben tomar”. En el mensaje se dice que “los jueces deben seguir el ejemplo de Jesús, que nunca negocia la verdad. Rezamos para que todos aquellos que administran justicia operen con integridad, para que la injusticia que atraviesa el mundo no tenga la última palabra”.