En un escrito en el que se critica al juez federal Claudio Bonadio, la ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner pidió ir a juicio oral en la denominada causa de los cuadernos de la corrupción en la que está procesada como supuesta jefa de una asociación ilícita y por cohecho pasivo.

Según consignó el portal Tiempo Argentino, la solicitud se formalizó mediante un escrito que le entregó a Bonadio el abogado defensor de la candidata a la vicepresidencia por el Frente de Todos, Carlos Beraldi, quien consideró “imprescindible” que el caso llegue a juicio oral, en vistas de las “ilicitudes” de la investigación y para que lo ocurrido sea develado en esa instancia. Beraldi remarcó que “en condiciones normales, la posibilidad de que estas actuaciones pudieran ser elevadas a juicio, en términos jurídicos resultaría absurda”. “Frente a la ausencia manifiesta de un órgano jurisdiccional que en esta instancia pueda reparar todas estas ilicitudes, resulta imprescindible que las actuaciones transiten hacia la próxima etapa procesal”, señaló.

La ex presidenta y precandidata a la vicepresidenta está procesada con prisión preventiva, una medida que no se ejecutó porque en virtud de los fueros parlamentarios que le corresponden en su calidad de senadora nacional. El defensor legal de Fernández consideró que en un futuro juicio oral y público las irregularidades denunciadas podrán ser “esclarecidas y oportunamente sancionadas”. Subrayó que “no existe una sola prueba directa que demuestre que mi asistida hubiera recibido coimas”, por lo que consideró que hay una “saga de ensañamientos” contra su defendida, en una clara referencia al accionar de Bonadio, un acérrimo crítico de la ex mandataria. “Se allanaron distintos domicilios de mi representada, se destrozaron paredes y expresamente se incumplieron las directivas del Senado de la Nación sobre la manera en que debían llevarse a cabo estos procedimientos”, relató Beraldi, sumando críticas al instructor de la causa. “La causa se inició a partir de un supuesto elemento de prueba obtenido por medios ilegales: los presuntos cuadernos del chofer Oscar Centeno”, apuntó el jurista.

Pero en estos días el nombre de la ex presidenta estuvo y está en boca de todos, además, debido a lo que expresó la semana pasada durante la presentación de su libro, Sinceramente, en la ciudad de Mar del Plata. Al referirse a la gestión económica del gobierno encabezado por el presidente Mauricio Macri, Fernández dijo que ahora la gente se ve obligada a comprar productos de “marcas que nadie conoció, la Pindonga, el Cuchuflito”, haciendo referencia a las segundas y terceras marcas que han proliferado en el mercado argentino a causa de la sensible baja que sufrió este año el poder adquisitivo de la población. Entre otras réplicas en clave electoral, el senador oficialista Federico Pinedo le respondió a la ex presidenta argumentando que “el capitalismo sano genera, precisamente, miles y miles de pequeñas y medianas empresas Pindonga y Cuchuflito, en lugar de mercados concentrados de pocas grandes marcas. Se llama trabajo y competencia”, según consignó Clarín.

Por otra parte, cuando faltan algo más de dos semanas para la realización de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se celebrarán el domingo 11 de agosto, Alberto Fernández, candidato del Frente de Todos, mantiene una ventaja de casi cuatro puntos sobre Mauricio Macri, según el promedio obtenido de 11 encuestas recientes, según informó La Nación. En promedio, la fórmula que integran Alberto y Cristina Fernández suma una intención de voto de 38,5%, mientras que la de Macri y Miguel Ángel Pichetto corre de atrás con 34,9%, pese a la mejora sostenida de las últimas semanas, que le permitió achicar la brecha, pero que comienza a mostrar signos de ralentización. De consolidarse un freno en la mejora de la intención de voto se encenderá una alerta en el oficialismo, preocupado por crecer lo máximo posible para dar un mensaje de competitividad en las PASO, aunque quede en segundo lugar.

Por lo pronto, ninguna encuesta de intención de voto permite descartar un escenario de segunda vuelta, porque de acuerdo a los números difundidos hasta el momento ningún candidato llegaría a 45% de las adhesiones en las elecciones presidenciales que se realizarán el 22 de octubre, ni tampoco, de acuerdo a los sondeos, ningún espacio llegaría a 40 puntos porcentuales, con una ventaja de 10 sobre el segundo.