Ayer el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aumentó la presión contra el editor y fundador del sitio The Intercept, el periodista estadounidense Glenn Greenwald. El sábado el mandatario brasileño ya había amenazado a Greenwald diciendo que a su entender podría ir preso, pero ayer el político ultraderechista aumentó la apuesta al sugerir que, a su entender, el periodista cometió un crimen.

“A mí me parece que él cometió un crimen: en otro país él ya estaría en otra situación”, dijo Bolsonaro en alusión a Greenwald “Espero que la Policía Federal pueda alcanzar realmente a unir todos los puntos de esta trama. A mi entender, eso implica que hubo transacciones pecuniarias”, dijo, deslizando la teoría de que Greenwald habría recibido dinero a cambio de publicar en The Intercept la serie de reportajes denominados “Vaza Jato”, las filtraciones de los diálogos mantenidos por el entonces juez y ahora ministro de Seguridad y Justicia, Sérgio Moro, y los principales fiscales de la operación Lava Jato, en los que queda más que clara la intencionalidad política con la que actuó Moro en el curso de la investigación judicial, que, entre otras cosas, determinó el encarcelamiento del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

“Todo indica que la intención [de las filtraciones de The Intercept] es siempre alcanzar al Lava Jato, a Sérgio Moro y a mi persona para intentar descalificar y desgastar. Intervenir un teléfono es un crimen. Punto final”, sentenció Bolsonaro, según consignó la revista Forum.

Después de atacar el trabajo de Greenwald –que estaría “desgastando el nombre de Brasil en el exterior”–, Bolsonaro dijo que aún espera que la Policía Federal pueda “finalmente llegar” a probar la culpabilidad del periodista estadounidense. “No se puede escudar diciendo ‘soy periodista’. El periodista tiene que hacer su trabajo. Preservar el secreto de las fuentes está bien, ahora, ¿ocultar una organización criminal? ¿El tipo va a preservar el secreto de un crimen involucrando a la República y desgastando incluso el nombre de Brasil en el exterior? No es fácil, pero espero que finalmente la Policía Federal pueda hacer su trabajo”, concluyó el mandatario a la salida del Palacio de la Alvorada, en Brasilia.