La jefa del gobierno local de Hong Kong, Carrie Lam, afirmó ayer que el polémico proyecto de ley de extradición que se ha encontrado con la fuerte oposición de diversos sectores de la sociedad hongkonesa durante el último mes “está muerto”. Según consignaron agencias internacionales de noticias, las declaraciones de la más alta jerarca del gobierno autónomo de Hong Kong fueron las más conciliadoras desde el inicio de las manifestaciones, hace un mes. Durante su alocución, Lam admitió que los intentos de su Ejecutivo para aprobar el proyecto de ley resultaron ser “un fracaso total”.
Sin embargo, uno de los grupos que más se opusieron a la polémica ley de extradición –que habría permitido enviar desde Hong Kong a personas requeridas judicialmente por Pekín– prometió que habrá nuevas protestas y rechazó las declaraciones de la mandataria. “Si Carrie Lam y su gobierno siguen sin escuchar nuestras cinco reivindicaciones, el Foro Civil por los Derechos Humanos seguirá celebrando protestas y asambleas”, dijo a la prensa la portavoz Bonnie Leung.
En sus declaraciones de este martes, Lam no dejó claro si el proyecto de ley se retira de forma efectiva, tal y como demandan los opositores, pero dejó entrever que el Legislativo no tiene la intención de continuar con su tramitación. Por otra parte, Lam anunció la creación de un comité de investigación independiente para fiscalizar la actuación de la Policía durante las protestas que se han registrado en la ciudad durante el último mes, así como el establecimiento de una plataforma para el diálogo con los opositores a la ley.
La jefa del Ejecutivo hongkonés asumió “plena responsabilidad” por la crisis pero no atendió a uno de los principales reclamos de los manifestantes: su dimisión. Pidió “una oportunidad, el tiempo y el espacio” para devolver Hong Kong a la normalidad.