Si bien fue presentado como un hecho, el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur deberá pasar por varios exámenes antes de ser formalmente aprobado y puesto en vigencia. Visto con recelo por muchos sectores políticos y productivos, tanto en países sudamericanos como del bloque europeo, el vínculo entre ambas entidades ya cuenta con varios detractores; uno de ellos es el influyente sector agrícola y ganadero francés, que teme que una proliferación de productos provenientes del Mercosur los afecte en gran medida. Ante esto, el sector ejerció una fuerte presión en estos días, lo que llevó a que el mandatario galo, Emmanuel Macron, en primera instancia pidiera que los aspectos agrícolas quedaran por fuera de las negociaciones y posteriormente, por intermedio de su portavoz, anunciara públicamente que “Francia no está lista para ratificar el tratado”.

En declaraciones brindadas este martes al canal informativo francés BFM TV, la portavoz del gobierno, Sibeth Ndiaye, dijo respecto del tratado: “Vamos a mirarlo en detalle y, en función de esos detalles, decidiremos”. De acuerdo con las declaraciones de la vocera, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, países que integran el Mercosur, deberían dar garantías a Francia para que ratifique el acuerdo, tal como sucedió cuando Canadá firmó un acuerdo comercial con el bloque europeo.

La portavoz gubernamental advirtió que los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) deberán dar garantías a Francia para que ratifique el acuerdo, como ya sucedió con Canadá antes de rubricar su acuerdo comercial con le UE, el llamado CETA. “No puedo decirles que hoy vamos a ratificar el acuerdo con el Mercosur [...] Por ahora Francia no está lista para ratificarlo”, aseveró Ndiaye.

Históricamente el sector ganadero francés ha sido muy dependiente de las subvenciones, tanto de las otorgadas por el gobierno francés como de las convenidas en la UE. Según consignaron agencias internacionales, usualmente los ganaderos galos están organizados en explotaciones familiares que generan pocos ingresos anuales –entre 10.000 y 12.000 euros en promedio–, por lo que consideran que sus productos no serán competitivos si entran en el mercado los elaborados por los países de América del Sur, los que los franceses denominan “fábricas de carne”.

Otro de los factores que los franceses entienden que por ahora constituye una barrera para firmar el acuerdo con el Mercosur es el ambiental, teniendo en cuenta las diferencias en las prácticas de ambos bloques. Mientras que en la UE cada vez hay más normas medioambientales, en el sector agrícola sudamericano se emplean pesticidas y otros agrotóxicos vetados en Europa, por más que paradójicamente muchos de estos productos sean elaborados y vendidos a los países del Mercosur por empresas pertenecientes a países de la UE.

Además, y también relacionado con temas medioambientales, Macron había pedido a la UE que dejara de firmar acuerdos con países que no cumplen con el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, como Brasil. Sobre este punto, el ministro francés de Transición Ecológica y Solidaria, François de Rugy, destacó que una de las “consecuencias indirectas” del pacto con el Mercosur es que Brasil se haya comprometido a no salir del Acuerdo de París. Sin embargo, el ministro recordó que el tratado comercial “no ha sido ratificado aún” y agregó que está supeditado a que Brasil respete sus compromisos” en materia ecológica. “No habrá ratificación si Brasil continúa con la deforestación” en el Amazonas, advirtió De Rugy.