Al menos 116 migrantes africanos desaparecieron y otros 132 fueron rescatados por guardias costeros libios y pescadores locales, después de que una embarcación de madera, de fabricación precaria, volcara frente a la costa de Khoms, una ciudad al este de Trípoli, la capital de Libia, informó el portavoz de la marina de ese país, Ayoub Qassem, citado por la agencia de noticias Efe.

La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calificó este naufragio de “la peor tragedia en el Mediterráneo ocurrida este año” y ha insistido en que es urgente “restaurar los rescates en el mar, poner fin a la detención de refugiados y migrantes en Libia y aumentar las vías seguras” para salir de Libia “antes de que sea demasiado tarde para muchas más personas desesperadas”.

De acuerdo con el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones, 426 personas fallecieron en el mar en lo que va del año cuando trataban de llegar a las costas de Europa, y otras 3.750 han sido transferidas a centros de detención en Libia, donde desde 2011 tiene lugar una guerra civil entre varias facciones que ha provocado miles de desplazados entre la población de este país norafricano.

Además de la población local libia que pretende salir de su país, Libia es un punto de reunión para los migrantes que llegan desde otros países africanos dada su cercanía con las costas de Italia. Es por eso que allí operan organizaciones delictivas que se dedican al tráfico de personas hacia el continente europeo. Tanto ACNUR como otras dependencias de Naciones Unidas vienen solicitando que los supervivientes de los naufragios no sean devueltos a Libia, debido a que los migrantes rescatados y los refugiados son encarcelados en condiciones inhumanas.