Un inesperado acercamiento entre el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Demócrata permitió que el gobierno no enfrentara ayer la votación de una moción de censura en el Senado, tal como pedía la Liga.

La sesión de la cámara alta celebrada ayer fue la primera de varias instancias que se desarrollarán a raíz de la actual crisis política del gobierno italiano. Conformado el año pasado gracias a una coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, el Ejecutivo perdió estabilidad en los últimos meses y el líder de la Liga, Matteo Salvini, pidió que fueran convocadas nuevas elecciones. Recibió reproches de su par del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, así como del primer ministro de consenso, Giuseppe Conte, que lo acusaron de tomarse atribuciones que no le corresponden. Tanto Salvini como Di Maio son parte del gabinete de Conte.

Pese a las críticas, Salvini perseveró y pidió que se tratara ayer una moción de censura contra el gobierno de Conte. Sin embargo, el Senado votó por fijar para el 20 una convocatoria a Conte para que explique la crisis de gobierno y eventualmente someter a votación una moción de censura.

En la sesión cada uno dejó clara su postura. Salvini insistió en que es necesario recurrir nuevamente a las urnas para terminar con la incertidumbre. “No entiendo el miedo, el terror a unas elecciones”, dijo. De acuerdo con las encuestas, el escenario cambió y ya no es el que, el año pasado, hizo que el Movimiento 5 Estrellas ganara las elecciones y formara una coalición con la Liga. Ahora sería este último el partido más votado por los italianos y el resultado le permitiría armar un gobierno con sus tradicionales aliados: la Forza Italia de Silvio Berlusconi y los ultraconservadores Fratelli d’Italia.

En este marco, al Movimiento 5 Estrellas le surgió ayer un aliado inesperado: el Partido Demócrata, que decidió acompañarlo en la votación para retrasar las exigencias de la Liga. Tampoco se descarta que lleguen a un acuerdo para formar un gobierno de colaboración, en el que se acordarían algunos objetivos comunes y el Partido Demócrata los respaldaría en el Parlamento. Algunas de esas metas podrían ser el aumento del IVA, la reducción del número de parlamentarios y la elaboración de los presupuestos con más atención a las áreas sociales.

El Partido Demócrata se muestra fragmentado ante esta posibilidad. Su ex líder, Matteo Renzi, sugirió ayer la alianza para un “gobierno de objetivos” con los grillinos, pero hay otras dos posiciones dentro del partido, que implican apoyar la realización de nuevas elecciones o hacer un acuerdo más amplio. Ante las diferencias dentro del partido, su presidente, el ex primer ministro Paolo Gentiloni, convocó una reunión de las bases para el 21 de agosto para adoptar una postura común.