El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, justificó este miércoles que los nuevos recortes presupuestales a la educación fueron realizados con el objetivo de respetar la Ley de Responsabilidad Fiscal y evitar de esa manera un eventual juicio político.

La educación ya tiene 25% de su presupuesto bloqueado en lo que va del año luego de que el martes se oficializara el nuevo recorte, que cuenta con el auspicio del ministro de Economía, Paulo Guedes, y del ministro de Educación, Abraham Weintraub.

Según Bolsonaro, en caso de que él no hubiera hecho estos recortes “iría derecho hacia un juicio político”. De acuerdo a lo publicado por el diario Folha de São Paulo, el mandatario afirmó: “Yo no quiero cortar ningún presupuesto. No soy una persona a la que le guste eso, pero el presupuesto generalmente está sobreestimado, las personas lo inflan”. El mandatario ultraderechista dijo que firmó este nuevo recorte para evitar un juicio político. “Hay una ley a la que tengo que ceñirme. No soy un dictador y entre una crítica y un juicio político ¿qué creen que prefiero? Tengo que tomar una opción y lamentablemente es esta”, afirmó Bolsonaro.

El nuevo recorte presupuestario al Ministerio de Educación es de 348 millones de reales –aproximadamenete 93 millones de dólares–; sumado al dinero bloqueado en marzo, el recorte llega una cifra cercana a los 1.600 millones de dólares.

No en vano la educación es el área en la que el gobierno de Bolsonaro tiene menor aprobación popular, principalmente por los grandes recortes hechos en las universidades e institutos federales. Pero además de estas entidades de educación terciaria, los recortes también alcanzaron recursos federales utilizados para cubrir presupuestos de instituciones de educación inicial, básica, así como programas de alfabetización y cursos de enseñanza técnica.

De esta manera y según consignó la revista Fórum, el ministerio comandando por el ultraliberal Weintraub es el que más sufrió los recortes presupuestales promovidos por Bolsonaro de acuerdo a las directivas recibidas de Paulo Guedes, su referente en cuestiones económicas.

Por otra parte, en una entrevista que concedió al diario carioca O Globo, Bolsonaro dijo, luego de una serie de declaraciones agresivas que hizo en los últimos días, que no cambiará su estilo y que detrás de sus dichos, calificados por muchos como impropios de un jefe de Estado, no existe ninguna estrategia electoral.

En la entrevista el actual mandatario brasileño afirmó no estar preocupado por la sucesión presidencial, pero aseguró que irá por la reelección en 2022. “Yo soy así de verdad. No tengo ninguna estrategia. Si estuviese preocupado por 2022, no hubiera dado esas declaraciones”, afirmó, al tiempo que fustigó a los medios: “Los días en que no me ataca la prensa hasta los extraño”.

En las últimas semanas el líder ultraderechista radicalizó su ya de por sí grosero discurso. El presidente se refirió a los gobernadores de los estados nordestinos como “paraíbas” –término despectivo para calificar a los habitantes de dicha región del país–, afirmó que en Brasil no existe el hambre y además atacó al presidente de la Orden de Abogados de Brasil, haciendo referencia a su padre, quien desapareció en 1974, durante la dictadura militar.

Además, en la entrevista Bolsonaro volvió a afirmar que ordenó un estudio al Ministerio de Minas y Energía para legalizar la búsqueda de oro en reservas indígenas, aunque destacó que en caso de efectivizarse “la fiscalización sería muy estricta y los indígenas también podrían participar en la explotación de estos recursos”. El mandatario dijo también que inversores extranjeros provenientes de Emiratos Árabes, Japón e Israel ya demostraron interés en la explotación turística en la región de Angra dos Reis, a la cual Bolsonaro definió como la “Cancún brasileña”. En dicha zona está instalada la estación ecológica de Tamoios.

El presidente afirmo que ya está discutiendo con los gobernadores de varios estados del país acerca de la explotación turística dentro de los espacios que actualmente se encuentran enmarcados en las legislaciones de preservación ambiental, por ejemplo la isla Fernando de Noronha, archipiélago perteneciente al estado de Pernambuco, considerado uno de los mejores puntos para bucear en América.