Una vez desactivada la amenaza de juicio político en su contra y que los gobiernos de Paraguay y Brasil hayan dejado sin efecto el polémico acuerdo sobre Itaipú, el presidente Mario Abdo Benítez rompió su silencio y pronunció un discurso ante los medios de prensa en el Palacio de López, sede del gobierno paraguayo.

Según consignó el diario Última Hora, el mandatario –que estuvo acompañado durante su alocución por su esposa, Silvana López Moreira– lució un aspecto cansado luego de haber estado reunido toda la noche con sus allegados más cercanos, agradeció a la clase política por la reflexión que hizo acerca del tema y afirmó que la redacción del acta bilateral que generó la renuncia del canciller y de otras autoridades del gobierno situó a Paraguay en una situación vulnerable.

Durante su discurso, Abdo Benítez aceptó “humildemente” que faltó diálogo en sus primeros meses de mandato y pidió a toda la clase política “recomponer relaciones, sin rencores”. “Es momento de renovar ese espíritu de unión, de buscar la paz de la nación”, expresó. Además, aseguró que no apañará ninguna conducta que atente contra los intereses de Paraguay. “Renuevo mi compromiso con esta frase: caiga quien caiga”, afirmó el mandatario.

“Pido disculpas si me he equivocado”, expresó luego ante cientos de seguidores que desde las primeras horas de la mañana se habían concentrado en las afueras del Palacio de López para manifestar su apoyo al presidente, popularmente conocido en Paraguay como Marito, quien ocupa ese cargo desde el 15 de agosto del año pasado.

Durante toda la jornada del miércoles y en las primeras horas del jueves la posibilidad de que se iniciara un juicio político contra Abdo Benítez y su vicepresidente, Hugo Velázquez, estuvo más que latente, e incluso en un momento pareció que estaban los votos para llevar adelante la acción. Pero la situación cambió durante la mañana de este jueves, luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores informara sobre la firma de un nuevo documento con Brasil, por el cual se dejaba sin efecto el acuerdo sobre Itaipú, considerado por muchos paraguayos “entreguista”, porque le cedía en forma gratuita energía a los brasileños en vez de venderla a precios convenientes tanto a Brasil como a otros países. En la sede de la cancillería paraguaya, el embajador brasileño en Asunción, Carlos Alberto Simas Magalhães, firmó un documento mediante el cual el Estado brasileño reconoce la decisión del Estado paraguayo de anular el Acta Bilateral firmada por las cancillerías de ambos países. En principio estaba previsto que una misión paraguaya viajara hoy a Brasilia para solicitar la anulación del acta bilateral y consensuar los puntos del texto. Pero la amenaza de juicio político aceleró la redacción del documento, que contó con la anuencia del gobierno brasileño que preside Jair Bolsonaro.

La marcha atrás en el acuerdo inicial, que socavaba los intereses económicos de Paraguay y que a pesar de haber sido firmado en mayo recién se hizo público la semana pasada, generó que los legisladores afines al ex presidente Horacio Cartes, quienes se agrupan en un sector denominado Honor Colorado, revieran su postura y desistiesen de votar el juicio político, lo cual descomprimió la comprometida situación en que se encontraba Abdo Benítez.

El mandatario anunció también que la renegociación del tratado sobre Itaipú prevista para 2023 involucrará a todos los sectores del país. Esto “pueda convertirse en una oportunidad para reconstruir el gran diálogo nacional en los temas que deben unir a los paraguayos”, afirmó.

Abdo Benítez recibió además un explícito apoyo por parte del gobierno brasileño, que en la mañana del jueves publicó un comunicado por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores, que preside Ernesto Araújo. En el documento, Itamaraty advirtió acerca de la “vulneración del orden democrático” que constituiría un juicio político contra el mandatario paraguayo.

La cancillería brasileña destacó la “completa convergencia de valores” que existe entre los gobiernos de ambos países y destacó que actualmente existe “una afinidad sin precedentes en el relacionamiento entre Brasil y Paraguay”.

En la nota de la cancillería brasileña también se hizo mención a la cláusula democrática del Mercosur, mecanismo legal que ya fue utilizado contra Paraguay después del abrupto derrocamiento del entonces presidente Fernando Lugo, en 2012. En ese momento organismos internacionales condenaron el proceso que prácticamente fue un sumario, que se dio en apenas dos días. Ahora, si bien la situación planteada era completamente distinta, el gobierno de Bolsonaro entendió pertinente jugar esta carta en favor de uno de sus principales aliados en la región.