India está dispuesta a retirar el estatus especial del territorio en disputa de Cachemira y dividir el estado en dos, en una medida que probablemente enfrentará una gran resistencia en el estado de mayoría musulmana y aumentará las tensiones con Pakistán, enemigo histórico después de la independencia de ambos países, ocurrida en 1947. La propuesta, que ha sido defendida durante décadas por los nacionalistas hindúes, es el cambio más radical que cualquier gobierno haya sugerido para el estado de Cachemira desde que se otorgó autonomía a la región a cambio de unirse a India después de la independencia. La medida adoptada por el gobierno que encabeza el nacionalista Narendra Modi, líder del partido Bharatiya Janata (BJP, por sus siglas en inglés), llegó luego de una serie de medidas de seguridad adoptadas en los últimos días en Cachemira, donde se desplegaron tropas adicionales y miles de peregrinos y turistas fueron evacuados abruptamente el fin de semana.
En las primeras horas de ayer, los líderes de Cachemira dijeron que habían sido puestos bajo arresto domiciliario. Además, se informó que en la zona se cortó la cobertura de internet y telefónica, se prohibieron las reuniones públicas y se cerraron las escuelas. El BJP se ha comprometido reiteradamente a eliminar la autonomía parcial de Cachemira, pero esta es la primera vez que se presenta una propuesta concreta. Formalmente lo que el gobierno pretende hacer es revocar el estatus especial del estado de Cachemira mediante una orden presidencial emitida ayer, que será votada por la cámara baja del Parlamento, que es controlada por los nacionalistas del BJP. Este hecho llevó a que una fuente del gobierno citada por el diario inglés The Guardian dijera que la votación era un tecnicismo y que las propuestas del Ejecutivo indio se daban como un hecho consumado.
La medida, como era de esperar, causó numerosas reacciones en la región. Mehbooba Mufti, ex primer ministro del estado de Jammu y Cachemira que alguna vez estuvo en alianza con el BJP, tuiteó que el anuncio del gobierno “haría de India una fuerza ocupacional en Jammu y Cachemira [...] Hoy es el día más oscuro de la democracia india”. También hubo múltiples reacciones en Pakistán, país que reclama el territorio como suyo, postura que lo ha llevado a enfrentarse en dos guerras con India.
El Ministerio de Relaciones Exteriores paquistaní aseguró que ejercería “todas las opciones posibles para contrarrestar los pasos ilegales” dados por India. El ministro de Relaciones Exteriores, Shah Mahmood Qureshi, dijo que el tema también se plantearía a sus países aliados, entre ellos Estados Unidos. La medida también podría alimentar la insurgencia en Cachemira, que permaneció activa durante las últimas tres décadas, dejando un saldo aproximado de 70.000 muertos, la enorme mayoría de ellos civiles.
La base legal para la medida adoptada por el gobierno de Modi no está clara, ya que algunos analistas argumentan que, de acuerdo con la Constitución india, se requiere el consentimiento de la legislatura estatal para revocar el estado de Cachemira.
En medio de una convulsionada sesión del Parlamento indio que tuvo lugar ayer, el ministro del Interior, Amit Shah, propuso la abolición del artículo 370 de la Constitución india, que otorga al estado cachemir su propia constitución y autonomía sobre todos los asuntos, excepto en áreas como asuntos exteriores y defensa. Otra disposición, que impide que personas ajenas al estado compren tierras en el territorio, también desaparecerá. Muchos cachemires creen que esta regla es fundamental para proteger la demografía del estado, de mayoría musulmana. Una fuente del gobierno dijo que el cambio alinearía las leyes estatales con las de India y que lo calificó de crucial para garantizar el desarrollo en Cachemira, que según las reglas de propiedad estaba estancado.
Actualmente, el estado indio de Jammu y Cachemira comprende tres regiones: Jammu, de mayoría hinduista, Cachemira de mayoría musulmana, y Ladakh, donde la población es predominantemente budista. El ministro Shah informó en el Parlamento que el gobierno había decidido dividir el estado en dos territorios, Jammu y Cachemira, cada uno con una legislatura propia. Mientras tanto, el territorio de Ladakh será gobernado directamente por el gobierno central, sin una legislatura propia.
El anuncio fue bien recibido por los partidarios hindúes nacionalistas de Modi, quienes sostienen que el artículo 370 de la Constitución sólo pretende ser una disposición temporal. Pero los partidos de la oposición acusaron al gobierno de no escuchar la voluntad del pueblo de Cachemira y condenaron la forma abrupta en que el Ejecutivo de Modi hizo el anuncio.
Posteriormente, medios indios informaron que otros 8.000 soldados habían sido desplegados en Cachemira, con lo que se ha reforzado aun más la fuerte presencia militar en la zona.