Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) encabezada por el italiano Roberto Caldarelli está desde el sábado en Buenos Aires para informarse de primera mano acerca de la realidad económica argentina, permeada en gran medida por la estrepitosa caída del oficialismo en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se celebraron el 11 de agosto.
En la mañana de ayer Cardarelli se reunió con el equipo del nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, para hacer un seguimiento de los objetivos fiscales, sobre todo luego de las medidas de estímulo que tomó el gobierno después de las PASO. Pese al optimismo oficial de que la entidad otorgará en las próximas semanas un nuevo préstamo de 5.400 millones de dólares, desde el FMI todavía no hicieron comentarios sobre el avance de las reuniones, según informó La Nación.
“Esta es una visita política, que tiene que ver con la asunción de las nuevas autoridades”, dijeron fuentes ministeriales con respecto al arribo de Lacunza en reemplazo de Nicolás Dujovne. Lo cierto es que el FMI también evalúa la nueva situación política y económica en el país, derivada de los resultados de las PASO, en la medida en que las expectativas a futuro ya no son producidas sólo por el equipo de gobierno, sino también por el candidato con más votos en las elecciones primarias, el líder del Frente de Todos, Alberto Fernández. Es por esta razón que después de haberse reunido con Lacunza y con el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, los enviados del FMI se encontraron con el candidato liberal José Luis Espert, con asesores del candidato Roberto Lavagna y con los referentes económicos del Frente de Todos, los economistas Cecilia Todesca y Guillermo Nielsen, además de Santiago Cafiero, asesor político de Alberto Fernández.
La semana pasada, según consignó el portal Tiempo Argentino, Nielsen y Todesca emitieron un documento en el que señalaron “su preocupación por el nivel decreciente de las reservas internacionales que desde el último desembolso del FMI se redujeron en más de 9.000 millones de dólares”. En el comunicado Nielsen y Todesca apuntaron también “al impacto negativo de los sucesivos procesos devaluatorios sobre la inflación [...] como así también de las medidas fiscales inconsultas con las provincias y las referidas al sector petrolero”.
De todas maneras, los referentes económicos del que seguramente será el próximo mandatario argentino manifestaron en el texto “su compromiso de cumplimiento con todas las obligaciones y los contratos vigentes, en el marco de un modelo económico alternativo que priorice la estabilidad de precios y la recuperación del crecimiento y del empleo”.