El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció ayer el despido de John Bolton, quien se desempeñaba como asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca. La medida no resultó del todo sorpresiva, teniendo en cuenta las importantes discrepancias que había entre el mandatario y Bolton en temas de política exterior, tales como las relaciones con Irán, Corea del Norte y Afganistán, según informó The New York Times.

“Anoche informé a John Bolton que sus servicios ya no son necesarios en la Casa Blanca”, escribió Trump en su cuenta de Twitter. “No estuve de acuerdo con muchas de sus sugerencias, al igual que otros en la Administración, y por lo tanto le pedí a John su renuncia, que me fue dada esta mañana. Le agradezco mucho a John por su servicio”, agregó el líder republicano.

Sin embargo, contradiciendo los dichos del presidente, Bolton aseguró en su cuenta de Twitter que fue él quien presentó la renuncia.

“Ofrecí renunciar anoche y el presidente Trump dijo: ‘Hablemos de eso mañana’”, escribió Bolton, sin ahondar en detalles.

Trump dijo que nombrará al reemplazante de Bolton “la próxima semana”, en lo que será el inicio de un proceso que debería revelar hacia dónde quiere llevar el presidente su política exterior en el tiempo que le queda al frente del gobierno, antes de las elecciones del año que viene.

El sucesor de Bolton será el cuarto asesor de seguridad nacional en tres años. En abril del año pasado Bolton sustituyó al general HR McMaster, un moderado que fue despedido de malas maneras por el presidente, también a través de Twitter. McMaster, a su vez, había sustituido al general Michael Flynn, que fue obligado a renunciar a las tres semanas de comenzar en el cargo después de admitir que le había mentido al presidente sobre sus contactos con Rusia.

El despido de Bolton se dio de forma tan abrupta que se anunció apenas una hora después de que la Casa Blanca programara una reunión informativa para las primeras horas de la tarde en la que se suponía que Bolton iba a comparecer junto al secretario de Estado, Mike Pompeo, y al secretario del tesoro, Steven Mnuchin.

La partida de Bolton se produjo cuando Trump está buscando aperturas diplomáticas con algunos de los enemigos más enconados de Estados Unidos, esfuerzos que han preocupado a los intransigentes de la administración, como Bolton, que considera que Corea del Norte e Irán son profundamente poco confiables. De hecho, el ahora ex asesor pasó gran parte de la última semana librando una batalla de último minuto para evitar que Trump firmara un acuerdo de paz con los talibanes afganos.

Bolton instó a Trump a rechazar el acuerdo, argumentando que el presidente aún podría retirar tropas de Afganistán para cumplir su promesa de campaña sin realizar un acuerdo con una organización responsable de matar a miles de combatientes estadounidenses en los últimos 18 años.