Si bien los resultados oficiales de las elecciones parlamentarias israelíes realizadas este martes aún no se conocen, las encuestas a boca de urna difundida luego del cierre de los circuitos electorales indican que la coalición Kahol Laván (Azul y Blanco en español) sería el sector más votado, obteniendo en promedio 33 bancas en el futuro Parlamento. El Likud del actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, alcanzaría 31 puestos, y en tercer lugar se situaría la Lista Unificada Árabe, que se estima que puede conseguir entre 13 y 15 lugares en la nueva composición del órgano unicameral legislativo israelí.

En cuarto lugar habría quedado el partido Shas, representante de los judíos religiosos sefaradíes, con un estimado de nueve bancas; el derechista laico Avigdor Lieberman, líder de Israel Beitenu, obtendría ocho escaños; los ultraortodoxos ashkenazis de la Unión por la Torá y el Judaísmo tendrían ocho bancas; y más atrás quedarían los ultraderechistas de Yamina con siete bancas y los izquierdistas de Meretz con siete puestos, al igual que el Partido Laborista, que en estas elecciones confirmaron su declive, que se presume definitivo.

Con este panorama, es difícil saber qué pasará, ya que ninguno de los bloques, ni el derechista liderado por el Likud, ni el de centro, que eventualmente podría acoger a algunos sectores de la izquierda, comandado por el ex jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, logran llegar a los 61 escaños necesarios para tener mayoría parlamentaria –el congreso israelí está compuesto por 120 miembros– y poder formar gobierno.

El Comité Electoral Central informó a lo largo de la jornada electoral sobre un ligero aumento de la participación respecto de las elecciones celebradas en abril, cuando se alcanzó 68,5% del total de habilitados. Dos horas antes del cierre de los centros de votación, la tasa de afluencia a las urnas se situaba en 63,7%, un 2,5% superior que cinco meses atrás a la misma hora.

Según informó El País de Madrid, la coalición de cuatro partidos árabes que conforman la Lista Única, que concentra el voto de una minoría que representa a 20% de la población israelí, recibió más votos que en las anteriores elecciones, cuando la abstención fue muy elevada en los locales de votación situados en las localidades donde predominaba la población de origen árabe. Con entre 11 y 13 escaños, este bloque político –que además cuenta con el apoyo de algunos izquierdistas judíos proclives a un acuerdo de paz con los palestinos– ya ha anunciado que no entrará a formar parte de un eventual gobierno de centroizquierda dirigido por Gantz, aunque se mostró dispuesta a ofrecer apoyo en el Parlamento a las políticas sociales y de reanudación del diálogo con los palestinos, suspendido hace más de cinco años por el gobierno que lidera Netanyahu. Este último, lejos de bajar el tono beligerante, durante la reciente campaña electoral anunció que tiene la idea de anexionar a Israel nuevos territorios palestinos en caso de volver a ser elegido como primer ministro.