El 25 de enero de 2019 la represa Córrego do Feijão, de la compañía minera Vale, en Brumadinho, se rompió y, sin que sonara ninguna alarma, se desencadenó un alud de aguas residuales que arrastró todo a su paso. Los rescates en el lodo duraron varios días, pero el saldo fue de 270 muertos, 259 de los cuales ya fueron identificados.

Este sábado se cumplirá el primer aniversario de la que se considera la mayor tragedia medioambiental de la historia de Brasil. A pocos días de que eso suceda, el Ministerio Público de Minas Gerais presentó una denuncia penal por varios delitos contra la minera Vale y la firma alemana Tüv Süd, responsable de la emisión de certificaciones de seguridad de las instalaciones de Vale en Brumadinho. Por el delito de homicidio fueron acusados 16 directivos: 11 de la minera Vale y cinco de la firma alemana, por su responsabilidad en el colapso de la represa. Además, tanto ellos como las propias empresas fueron acusadas de cometer diversos delitos ambientales, ya que además de las muertes y la destrucción de viviendas, el vertido causó daños en ríos, bosques y otras comunidades de la región.

Los resultados de la investigación sobre el derrumbe

De acuerdo con el Ministerio Público, las empresas ocultaron información sobre la inminencia del colapso de la represa, por lo cual no se tomaron las medidas necesarias para evitarla o facilitar una eventual evacuación. Se encontraron documentos internos en los que constaba el riesgo de ruptura de la represa, sin embargo, “de forma sistemática” las empresas ocultaron “estas informaciones al poder público y a la sociedad”.

Andressa Lanchotti, la coordinadora de los fiscales que investigaron lo sucedido, indicó que a Tüv Süd le interesaba entregar informes positivos a Vale para conseguir nuevos contratos o mantener los que ya tenía. Por su parte, Vale rechazó los informes de otra empresa del sector que se negó a certificar la seguridad de la represa. Además, la investigación reveló que otras nueve represas de la minera están “en situación de riesgo inaceptable” sin que se hayan tomado medidas al respecto. En un correo electrónico al que se accedió durante la investigación, enviado dos meses después del derrumbe de Brumadinho, Tüv Süd le avisa a Vale: “Nuestros expertos no pueden confirmar la estabilidad de ninguna de las represas mencionadas”, en referencia a esas nueve estructuras.

Además, tanto Lanchotti como el fiscal general de Minas Gerais, Antonio Sergio Tonet, aseguraron que Vale no se mostró colaboradora con la investigación y la ayuda y reparación de las víctimas. “Vale no ha hecho nada de forma voluntaria. Todo lo que hizo fue ordenado por la Justicia u objeto de acuerdo entre las partes”, aseguró Tonet. También señaló que la empresa ha sido apremiada por la Justicia para que plantee propuestas de reparación a las víctimas, pero no lo ha hecho, por lo cual será el juez el que defina cómo se llevará a cabo.

Las víctimas conmemoran el aniversario de la tragedia

Los 12 millones de metros cúbicos de lodo con residuos mineros que cayeron destruyeron la zona. Las actividades de pescadores y agricultores, principal sustento de la comunidad, se convirtieron en inviables, las ayudas para la reconstrucción no terminan de llegar y los trabajos para descontaminar la zona llevarán años.

Los sobrevivientes se acercaron al Movimento dos Atingidos por Barragens (MAB), que nació en 1970 con el objetivo de reunir a las poblaciones cuyos derechos se veían afectados por la construcción de las represas. Con los años, este grupo fue creciendo para incluir también a las víctimas de los distintos desastres que las represas han protagonizado.

El MAB organizó para esta semana una marcha en la que participan 350 personas, que partió el lunes de Belo Horizonte y llegará el sábado a Brumadinho. En cada una de las ciudades que visitan se hacen diversas actividades y está previsto que este viernes, en Citrolândia Betim, se sume el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para el acto de cierre de la marcha.

Entre otras cosas, reclaman que continúe la búsqueda de los cuerpos de las 11 personas que siguen desaparecidas, que se refuercen las tareas de limpieza en la zona y que se les pague una indemnización justa por lo sucedido. “Vale sigue teniendo ganancias extraordinarias, pero tiene una deuda histórica”, dijo Soniamara Maranho, directora nacional del MAB, tras recordar que la empresa cerró 2019 con una ganancia de casi 6.000 millones de dólares.