El depuesto presidente boliviano Evo Morales anunció que el 22 de enero lanzará oficialmente la campaña del Movimiento al Socialismo (MAS) para las elecciones presidenciales de Bolivia, que se llevarán a cabo el domingo 3 de mayo.

Según informó el portal Tiempo Argentino, el acto proselitista tendrá lugar en el estadio de Deportivo Español, ubicado cerca de la zona del Bajo Flores, uno de los lugares donde reside buena parte de los bolivianos que habitan en la ciudad de Buenos Aires. Tres días antes del acto, el domingo 19 de enero, el líder cocalero se volverá a reunir en la capital argentina –donde se encuentra exiliado– con los principales dirigentes de su espacio político para definir quién será el candidato que los representará en la contienda electoral. De acuerdo a lo que informó el mismo medio porteño, este encuentro posiblemente se hará en el hotel Bauen, en el centro de Buenos Aires.

De acuerdo a lo que se viene manejando, los principales referentes políticos que aspiran a ser los sucesores de Evo Morales son los ex cancilleres Diego Pary y David Choquehuanca; el dirigente cocalero Andrónico Rodríguez y el ex ministro de Economía Luis Arce.

Álvaro García Linera, ex vicepresidente boliviano que actualmente también se encuentra exiliado en Buenos Aires, dijo en una entrevista con el diario cruceño El Deber que el actual Ejecutivo que encabeza Jeanine Áñez “es un gobierno golpista que ha entrado por la fuerza. Estamos viendo la forma más rápida de que este gobierno de facto, impuesto a bala y a sangre, se vaya por las vías constitucionales”.

Mientras tanto, los sectores de derecha todavía no definieron sus candidaturas, pero parece inviable la conformación de un frente único para enfrentar al sector de Morales en las urnas. El ex presidente Carlos Mesa, líder del sector Comunidad Ciudadana, que resultó segundo en las elecciones luego declaradas nulas realizadas el 20 de octubre, ya manifestó su voluntad de volver a presentarse. Lo mismo sucede con el líder del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, uno de los principales instigadores de la destitución de Morales, quien renunció a su cargo el 10 de noviembre del año pasado, bajo una enorme presión de los sectores opositores y en buena medida por la intervención de la Organización de los Estados Americanos, que envió a la nación andina una comisión que denunció irregularidades en los comicios en los que el líder del MAS fue reelecto por tercera vez.