La revista Semana informó en su última edición, este sábado, que el Ejército colombiano comandado por el general Nicacio Martínez usó parcialmente a su servicio de inteligencia para espiar a políticos, magistrados, periodistas e incluso coroneles, generales y comandantes de otras fuerzas. Varios suboficiales del Ejército le contaron a la revista, bajo pedido de anonimato, cómo les asignaban nombres de personas o números de teléfono para las escuchas, y cómo las ejecutaban posteriormente. Además, la publicación accedió a comunicaciones internas y documentos que respaldan esos testimonios.

Por ejemplo, uno de los suboficiales relató que le asignaron un número de celular y un correo electrónico de una misma persona diciéndole que era una oficial que estaba perjudicando al Ejército, pero resultó que el blanco era una integrante de la Corte Suprema de Justicia. “Nos dimos cuenta de que las comunicaciones eran de Cristina Lombana, quien había sido oficial del Ejército, pero quien es actualmente magistrada de la Corte Suprema de Justicia. Les preguntamos a los mandos si había un error, porque se trataba justamente de una magistrada, lo cual claramente no podemos perseguir. Nos dieron la orden de continuar, y lo más grave de todo es que nos ordenaron entregar esa información directamente a un reconocido político del Centro Democrático”, dice uno de los militares. Centro Democrático es el partido del ex presidente y actual senador Álvaro Uribe, padrino político del actual mandatario, Iván Duque; Lombana trabajó o trabaja en varias causas que lo involucran.

A Lombana se suman al menos tres gobernadores, tres senadores y dos diputados, algunos de los cuales, como el senador Roy Barreras, denunciaron en junio del año pasado que sospechaban que estaban siendo espiados, pero por la Dirección Nacional de Inteligencia, no por el Ejército.

La propia revista Semana fue objeto, el año pasado, de amenazas y presiones, que, ahora se considera, fueron por parte del Ejército en el marco de esta investigación. La publicación cuenta que incluso intentaron sobornar a una persona de su equipo de informática para espiar el contenido de las computadoras de la redacción.

Desde que se dio a conocer el resultado de la investigación, los partidos políticos rechazaron estas prácticas –el Centro Democrático pidió que se le facilitaran los nombres de los involucrados para investigarlos y, eventualmente, tomar medidas–, y varias personalidades políticas, judiciales y sociales informaron de hallazgos de micrófonos ocultos en sus casas o trabajos.