El atolladero en el cual se encuentra la política española desde hace largos meses parece estar a punto de resolverse.

Luego de un fin de año cargado de reuniones y pactos con diversos sectores, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) cuenta las horas para que su líder, Pedro Sánchez, sea elegido como nuevo presidente del gobierno.

En los últimos días de 2019 los negociadores socialistas llegaron a un acuerdo con sus pares del Partido Nacionalista Vasco (PNV), con lo que el PSOE se aseguró de contar con los votos de los seis congresistas de la formación predominante en el Ejecutivo de Euskadi. Dentro de los 12 puntos del acuerdo entre ambos sectores se incluyen el compromiso de los socialistas a impulsar modificaciones legales para reconocer las “identidades territoriales”, a encontrar una solución al conflicto de Cataluña, y a transferir a Navarra –región considerada por los vascos parte de su territorio histórico– la competencia de “tráfico”, que correrá por cuenta de integrantes de la Ertzaintza, el cuerpo de Policía de Euskadi.

Tras el anuncio del acuerdo, el jefe de gobierno vasco, Iñigo Urkullu, opinó que este “abre la puerta al reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado” y además adapta de mejor manera la interpretación de la Constitución de 1978.

Pero además de haber pactado con el PNV, el lunes se anunció el acuerdo programático de gobierno entre el PSOE y Podemos, denominado Coalición Progresista, otro gran triunfo para Sánchez.

Según el extenso documento negociado discretamente entre los socialistas y la formación que lidera Pablo Iglesias,

en el próximo gobierno se instrumentará una serie de reformas ambiciosas dentro de una agenda volcada a la izquierda.

De acuerdo a lo que informó El País de Madrid, los partidos anunciaron que derogarán buena parte de la reforma laboral vigente implementada durante los años de gobierno del Partido Popular (PP) y algunos aspectos de la reforma de pensiones. Entre las reformas se incluye una suba del IRPF a las rentas más altas (dos puntos para rentas de más de 130.000 euros y cuatro puntos por encima de los 300.000 euros) y un tipo mínimo de 15% en el impuesto de sociedades, que asciende a 18% para la banca y las empresas dedicadas al rubro de la energía. Estas subas afectarían a menos de 1% de las empresas y contribuyentes, pero igual se hicieron oír las críticas desde los partidos de oposición, los derechistas PP y Ciudadanos y los ultraderechistas de Vox.

El pacto entre el PSOE y Podemos también le da mucha importancia a la cuestión educativa, y en ese sentido, según se expresa en el documento, se pretende erigir “a la educación pública como eje vertebrador del sistema educativo y que incorpore los acuerdos alcanzados por la comunidad educativa en estos años”. Además, se dice que la nueva Ley de Educación garantizará desde sus principios rectores la inclusión, por un lado, y por otro la eliminación de la segregación escolar por las condiciones de origen de los estudiantes, sea por sus necesidades educativas especiales o por el sexo. Por otra parte, y en otra cuestión sensible para los españoles como es la vivienda, el acuerdo, sin dar mayores especificaciones, pretende aumentar el presupuesto estatal destinado para este rubro.

El camino a la investidura

En cuanto a la llegada de Sánchez al Ejecutivo, está todo prácticamente dado para que se efectivice, pero hoy será un día clave, porque el partido independentista Ezquerda Republicana de Catalunya (ERC) convocará el Consell Nacional del partido, órgano que deberá avalar la abstención de sus 13 congresistas durante la votación de investidura del mandatario. Si bien no se sabe lo que sucederá hoy, todo indica que ERC dará el paso de la abstención, lo que allanará la llegada de Sánchez al gobierno.

También hoy se espera que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y el vicepresidente y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, se reúnan para empezar a trazar las líneas de lo que será el acuerdo político entre el PSOE y ERC.

Otro sector que con su abstención facilitará la llegada de Sánchez al gobierno es el partido izquierdista vasco Bildu, cuyo líder es Arnaldo Otegi. Hoy, las bases del sector decidirán su voto en una reunión partidaria. Según informó Bildu en un comunicado divulgado hace pocos días, la dirección de la coalición propondrá a sus bases la opción de abstenerse en la investidura, porque considera que “posibilitando la formación de un gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos en España, se abre una ventana de oportunidad para la resolución de los graves problemas estructurales actuales”.

También hoy se realizará la convocatoria formal de la sesión de investidura del sábado.

De acuerdo a los pasos protocolares establecidos, el debate ese día comenzará con la lectura de la propuesta de candidato entregada por el rey a la presidenta del Congreso. Posteriormente, Sánchez expondrá ante los diputados, sin límite de tiempo, su programa de gobierno. Luego de las palabras del líder socialista, tendrán sus minutos para comenzar el debate los líderes de los otros sectores más votados en las elecciones generales realizadas el 10 de noviembre: Pablo Casado, del PP, Santiago Abascal, de Vox, Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, y Gabriel Rufián, representante de ERC.

El domingo 5, de acuerdo a lo que informó el diario digital El Español, el debate proseguirá con las intervenciones de Inés Arrimadas (Ciudadanos), Aitor Esteban (PNV), Mertxe Aizpurua (Bildu), y con los minutos destinados para los representantes del Grupo Plural –integrado por Junts, MásPaís-Equo, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Compromís, el Bloque Nacionalista Galego, el Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe– y del Grupo Mixto, compuesto por Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias y la Candidatura de Unidad Popular.

El debate terminará el domingo 5, cuando Sánchez responda a todos los grupos y se lleve a cabo la votación individual y por llamamiento, con los diputados poniéndose de pie uno tras otro para decir si apoyan o no su designación.

Hasta el momento el aspirante socialista tiene garantizado el apoyo de todos los diputados de su partido, de los representantes de Unidas Podemos, de los seis parlamentarios del PNV, de los dos de Más País-Equo y del único representante del PRC. Con todas estas adhesiones, Sánchez llegará a 164 escaños, que no son suficientes para salir elegido en la primera votación, ya que quedaría a 12 votos de obtener la mayoría absoluta. El lunes 6 no habrá actividad en el Congreso porque se realizará la denominada “Pascua militar”, ceremonia en la que el rey Felipe VI, Sánchez y otros representantes del actual gobierno a la cúpula castrense sobre la situación política y geoestratégica del país.

Luego sí, el martes 7 de enero, en la segunda sesión de investidura, Sánchez dispondrá de diez minutos para pedir el respaldo de los diputados, y los representantes de los grupos parlamentarios dispondrán de cinco minutos cada uno.

Al término del debate empezará la segunda votación, en la que al líder socialista le alcanzará con obtener mayoría simple –más aprobaciones que reprobaciones– para ser elegido presidente del gobierno, algo que se estima que sucederá si hoy se define la abstención de los legisladores de ERC.