Por tercer día consecutivo manifestantes, en su mayoría estudiantes que se oponen al gobierno, se manifestaron ayer en Teherán e Isfahan, dos de las principales ciudades de Irán, en protesta contra las autoridades de la república islámica que comenzaron luego de que estas reconocieran su responsabilidad en el derribo de un avión comercial ucraniano en el que murieron 176 personas. Si bien el presidente Hasan Rohani prometió a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, que investigará el tema a fondo y que los responsables de la acción serán llevados a la Justicia, aún no se ha informado de detenciones ni de la destitución de ningún funcionario.

Las protestas en Irán son el último coletazo de las crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán, que llegaron a un punto de máxima tensión con la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de asesinar con un dron al general Qasam Soleimani, militar que tenía un enorme prestigio entre la población iraní, y la respuesta de los iraníes, que bombardearon varias bases estadounidenses localizadas en Irak.

Si bien en principio las autoridades iraníes negaron que la caída del avión ucraniano tuviera algo que ver con su actuación y atribuyeron estas versiones a agentes externos malintencionados, el viernes Teherán reconoció que había abatido el vuelo de la compañía Ukraine International Airlines debido a un error humano. La actitud del gobierno despertó la indignación de vastos sectores de la población, ya de por sí disconformes con el régimen, en particular por su política represiva y por la delicada situación económica que vive el país.

Ayer, según informaron agencias internacionales, videos compartidos desde Irán en las redes sociales mostraron imágenes de manifestantes que entonaban cánticos en contra de los gobernantes clericales del país ante la presencia de la Policía antidisturbios.

Mientras esto pasa en Irán, en Estados Unidos Trump volvió a defender su decisión de matar a Soleimani, y ante las versiones que sostienen que no representaba una amenaza inminente para Estados Unidos respondió que eso no era importante, teniendo en cuenta la historia del líder militar iraní. “Los medios de comunicación falsos y sus socios demócratas están trabajando arduamente para determinar si un futuro ataque por parte del terrorista Soleimani era ‘inminente’ o no, y si mi equipo estuvo de acuerdo. La respuesta a ambas es un contundente SÍ, ¡pero realmente no importa, por su horrible pasado!”, escribió el mandatario republicano en su cuenta de Twitter.

Desde que se confirmó que Soleimani había muerto a raíz de un ataque aéreo estadounidense en Bagdad, la Casa Blanca afirmó que se actuó debido al riesgo inminente de ataques contra diplomáticos y miembros del servicio estadounidenses en Irak y en toda la región. Los demócratas y algunos republicanos en el Congreso cuestionaron la justificación de los ataques y dijeron que no se les han brindado informes adecuados y detallados. La semana pasada, Trump afirmó en una entrevista que Irán estaba a punto de atacar a cuatro embajadas estadounidenses antes de que Soleimani fuera asesinado, pero el domingo el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, dijo que no veía evidencia específica de que Irán estaba planeando un ataque.