El martes de tarde el presidente de Chile, Sebastián Piñera, dio un discurso ante varios medios de comunicación en el que manifestó su “aprecio y gratitud” a Carabineros por su actuación durante el estallido de las protestas, el 18 de octubre. Esa actuación es cuestionada por organismos tanto chilenos (sociales y estatales) como internacionales, por los presuntos abusos que se habrían cometido en el marco de la represión y que están siendo investigados por la Justicia chilena y observados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Como si eso fuera poco, horas después un vehículo de Carabineros protagonizó otro episodio de violencia contra los manifestantes, tras el cual Piñera no volvió a manifestarse.

El martes de noche en el estadio Municipal de Santiago jugaban Colo-Colo y Palestino por el campeonato local. Las hinchadas de los dos equipos salían del estadio pacíficamente, tal como se puede ver en varios videos filmados en esos momentos. En uno de ellos se ve, estacionado, un camión de Carabineros para el traslado de caballos. En determinado momento el vehículo arranca, con velocidad, y se dirige directamente a una de las personas que caminaban por la calle. La embiste y sigue de largo. Se escuchan gritos y pedidos de ayuda antes del traslado al hospital, donde finalmente falleció producto de las heridas.

Esa persona era Jorge Mora, conocido como Neco, tenía 37 años, integraba la barra brava de Colo-Colo y participaba en las protestas contra el gobierno de Piñera desde octubre. En un comunicado, el club “repudia el irracional y desproporcionado actuar de Carabineros de Chile al término del partido” que “ha terminado con el asesinato de un hincha” de la institución. Su barra brava, conocida como Garra Blanca, fue más dura en su pronunciamiento: “No vuelve más el fútbol hasta que paguen los asesinos del pueblo y quienes los amparan. ¡¡Exigimos juicio y castigo!!”, escribieron en redes sociales. “Condenamos y repudiamos de forma enérgica el actuar y la persecución cobarde de Carabineros, contra la barra y el hincha colocolino en general”, agregaron.

A la indignación por el asesinato de Neco se sumó la que generó la Justicia con su respuesta ante el caso. La jueza Andrea Acevedo resolvió que el carabinero que conducía el camión de traslado de caballos sea imputado pero quede en libertad, con firma semanal en sede judicial y prohibición de salida del país, hasta que avance la investigación. Su decisión figura en un fallo en el que habla de “una conducta negligente, pero justificada” del carabinero ante el –supuesto– “estado etílico” de la víctima, que atribuye a que “venía saliendo de un partido de fútbol”. También dice que Colo-Colo “tiene una carga histórica que para el deporte no hace ninguna contribución”.

Los cuestionamientos llegaron desde todos los frentes e incluso otros jueces lamentaron el tono del fallo judicial. Por su parte, el estatal Instituto Nacional de Derechos Humanos informó que presentará un recurso contra el fallo “dada la responsabilidad de un agente del Estado en la muerte de este joven” y también por el tono del dictamen.

Nuevas protestas

Desde la oposición política se reclamó la salida del director de Carabineros, el general Mario Rozas, al considerarlo el máximo responsable de lo sucedido. Sólo el gobierno salió a respaldarlo, argumentando que el carabinero estaba escapando de “un ataque violento” contra el vehículo policial, que no se puede ver en ninguna de las grabaciones que circulan en las redes sociales.

Después de la muerte de Neco, Colo-Colo convocó a protestas en los alrededores del estadio. El miércoles de noche esas movilizaciones derivaron en disturbios violentos, que incluyeron ataques a varias seccionales. Carabineros reprimió las protestas, en Santiago y otros puntos del país, y detuvo a 124 personas.

En uno de esos eventos violentos un joven condujo un ómnibus del servicio público, perdió el control del vehículo y atropello a otros manifestantes, uno de los cuales murió en el hospital.