El Obelisco y otros puntos de la capital argentina, además de numerosas movilizaciones en otros puntos del país tuvieron lugar este lunes en Argentina, en la mayor manifestación contra el gobierno que preside Alberto Fernández desde que comenzó la pandemia de coronavirus. Las manifestaciones fueron convocadas en las redes sociales bajo el hashtag #12O y contaron con el decidido apoyo y difusión de muchos medios, con los diarios La Nación y Clarín a la cabeza.

No obstante, si bien dentro de la dirigencia política opositora se expresó el legítimo derecho a protestar, hubo posturas diferentes. Mientras que la ex ministra de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, expresó en su cuenta de Twitter que “el 12 de octubre voy a marchar con mi bandera, en mi vehículo, junto a millones de ciudadanos de todo el país, en defensa de la República”, el vicejefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Diego Santilli, también perteneciente al macrismo, expresó durante una entrevista con La Red: “Seguimos en pandemia, no tenemos vacuna, y, por eso, si bien manifestarse es un derecho, les pedimos a quienes lo hagan que sea con cuidado”.

Horas más tarde, eran miles las personas que se movilizaron contra el gobierno, muchas de ellas sin protección alguna, para expresar su discrepancia respecto de las políticas de combate a la pandemia, pero también con críticas hacia la reforma judicial. Las banderas argentinas y las pancartas con los más diversos mensajes contra el oficialismo dominaron la escena tanto en la capital como en las principales ciudades del país.

En general, la jornada de protestas se desarrolló dentro de un marco de tranquilidad, más allá de la hostilidad de algunos grupos de manifestantes. Se vivieron momentos de tensión en las afueras de la residencia presidencial de Olivos, lugar hasta el que se trasladaron algunos manifestantes. Pero allí también estaban presentes militantes de algunos grupos peronistas y se produjeron intercambios de insultos y escaramuzas que fueron disueltas por la Policía.

De acuerdo a lo que informó Infobae, un dirigente peronista manifestó su molestia por la presencia de opositores en las afueras de la residencia del mandatario y afirmó que no permitirán que lo vuelvan a hacer. “Si quieren protestar, que vayan a Plaza de Mayo, al Obelisco, a donde quieran, pero a la residencia del presidente no van más”, dijo el dirigente, quien recordó que durante los cuatro años que gobernó Macri nunca se movilizaron hasta su vivienda personal. “Siempre respetamos su casa y su familia”, remarcó.

Otro de los puntos elegidos por los opositores para realizar este banderazo fue el apartamento que la vicepresidenta Cristina Fernández tiene en Buenos Aires, en la esquina de las calles Uruguay y Juncal, en Recoleta. Esta actitud generó el rechazo de numerosos actores políticos, entre ellos el presidente, quien hizo referencia al tema en su cuenta de Twitter. “Disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aun con el riesgo que implica en una pandemia, también. Pero promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona sólo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática”, escribió el mandatario.

En una línea similar se expresó el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, quien calificó de “repudiable” que se convoque “a escrachar a Cristina Kirchner, quien ocupa su cargo de vicepresidenta elegida por el pueblo”. Y agregó: “Es antidemocrático y lo repudiamos en todos los casos. Espero que la oposición actúe igual”.

Más cáustico aún fue el ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, quien expresó: “El macrismo y Clarín convocan a una marcha frente al domicilio particular de la vicepresidenta. Es muy claro que no defienden la República ni respetan las instituciones; son los profetas del odio”.