Asamblea Uruguay (AU), el sector liderado por el senador y ex ministro de Economía y Finanzas Danilo Astori, considera prioritario renovar la estructura orgánica del Frente Amplio (FA) a los nuevos tiempos. Esto se desprende de un documento presentado en setiembre a la comisión de dicha fuerza política que recibe insumos para tratar el proceso de autocrítica que la izquierda empezó a formalizar en el plenario del sábado.

En ese documento se destaca el éxito de la campaña de cara al balotaje que el FA hizo en noviembre del año pasado. “La estructura orgánica se despliega pero no alcanza para llegar a los 200.000 que se suman entre octubre y noviembre. Desarrolla una estrategia de cercanía en una campaña voto a voto. Fue una movilización con rasgos épicos, que hizo recordar viejas campañas y que los jóvenes que se incorporaron no conocían”, sostiene el documento. En base a eso, se plantea la “necesidad de revisar” la orgánica y “los procedimientos que permitan que la gente que no participa habitualmente se sienta motivada”. “Muchos de ellos han encaminado su militancia hacia movimientos sociales más afines con sus intereses. Debe procurarse que ello no les impida mantener vínculos con la militancia política en el FA. En etapas anteriores se han planteado algunas iniciativas al respecto, pero generan resistencias en la orgánica”, dice el texto presentado por AU.

Para el sector liderado por Astori, el FA “necesita asumir su propia realidad como organización política y romper la inercia que por demasiado tiempo ha impedido la renovación”. Esa renovación, se sostiene, “no es sólo generacional”, sino que “supone también comprender que una organización debe ser capaz de cambiar en consonancia con el mundo que la rodea”. “Es cierto que el universo ideológico del FA se ha renovado, pero esa renovación, que no ha abarcado a la estructura partidaria, vino a partir de ganar el gobierno nacional y tener que dar respuestas a cosas que no se había planteado la izquierda”.

Según AU, hubo muchas “grandes transformaciones” que “llegaron por la necesidad de gobernar y dar respuestas a los grandes temas programáticos, pero ya no como aspiraciones estratégicas sino como construcciones concretas, viables, transformadas en hechos”. Entre ellas se distingue a “las reformas tributaria, de la salud, de la matriz energética, la promoción de inversiones, la creación de organismos abocados al desarrollo informático, los cambios en la Policía, el Plan Ceibal, la agenda de derechos que se fue construyendo estos años, y un largo etcétera”. Pero para el sector liderado por Astori, “desde la orgánica hubo un acompañamiento: pero fue eso, acompañamiento. Faltó creatividad e impulso para darles fuerza a las medidas y aportes que enriquecieran y defendieran esos cambios en la sociedad”.

Si bien se sostiene que “en general la estructura acompañó en la defensa y difusión de los planes y logros del gobierno entre la población”, eso “no alcanzó”. A juicio del sector, por ejemplo, “la crítica a los grandes medios de difusión por ‘ningunear’ o tergiversar las ideas e iniciativas del gobierno debieron ser contestadas con una participación mucho más enérgica por parte de la fuerza política”.

Para AU, “no es que el FA no haya discutido internamente, pero se centró más en cuestionar propuestas del gobierno –lo que es legítimo– que en generar iniciativas o buscar las formas de defender al gobierno en la sociedad”. Como prueba de esa situación se señala la “escasa movilización para distribuir el excelente boletín ‘Uruguay cambia’, que periódicamente editaba la secretaría de información de Presidencia de la República”.

El rumbo

Los cambios, sostiene el documento, no deben apuntar a “retraer la estructura, achicarla o debilitarla”, sino a construir una “orgánica fuerte” y “legitimada por todo el FA”. “La estructura es un rasgo del FA. Una seña de identidad. Es un patrimonio que el Frente tiene que preservar y cuidar. Por eso mismo debe evitar que se burocratice, que pierda contacto con la realidad, con la gente”, dice el texto.

La idea es transformar dicha estructura “para que exprese al pueblo frenteamplista”, dado que muchos de los votantes del FA “no tienen identificación permanente” con la fuerza política. “La estructura en su situación actual –que se remonta a muchos años– aparece desconectada de mucha gente”, diagnostica AU, que sostiene que “no debería haber una contradicción entre cuidar la estructura del FA y modificarla”.

En el texto se resume que un debate sobre la necesidad de modificar la orgánica del FA ya se dio hace una década, pero desde entonces “nada sustancial se ha modificado”, porque “en los hechos, nunca terminó de zanjarse el debate sobre el alcance que debería tener una reforma estructural y si esta era realmente necesaria”.

Para el sector, “una composición de la dirección partidaria más parecida a la que se da en el Parlamento (o sea, a la que surge del voto universal y democrático), fortalecerá la representatividad de la dirección”.

“Una fuerza que gobernó durante 15 años y cambió profundamente el país, en el marco de un contexto mundial también cambiante, debería reflejar esos cambios en sus propias normas de vida orgánica”, finaliza el texto.