Con singular expectativa se espera en la región por las elecciones presidenciales que se celebrarán el domingo en Bolivia, país que se encuentra sumido en una grave crisis política desde el año pasado, justamente cuando en los comicios anteriores, que tuvieron lugar en octubre y en los que ganó Evo Morales, fueron declarados nulos luego de una denuncia presentada por la delegación que envió la Organización de Estados Americanos (OEA). Pocos días más tarde, debido a la enorme presión política a la que se sumaron el Ejército y la Policía, además de otros actores externos al país, Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS) se vio forzado a renunciar y a exiliarse, primero en México y luego, tras la asunción de Alberto Fernández, en la ciudad de Buenos Aires. Un año después, con el país bajo un gobierno de facto que lidera la presidenta Jeanine Áñez y en el marco de una profunda crisis económica y social acentuada por la errática gestión de la pandemia de coronavirus, los bolivianos están convocados a las urnas para elegir nuevo presidente.

De acuerdo a las últimas encuestas difundidas en la noche del domingo, el candidato del MAS, el ex primer ministro de Economía Luis Arce, mantiene el primer lugar con 32,4% de las adhesiones, seguido por Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC), con 24,5% y por Luis Fernando Camacho, de Creemos, con 10,7%. En cuarto lugar se encuentra Chi Hyung Chung, del Frente para la Victoria (FPV), con 2,4%, mientras que en quinto lugar está Jorge Quiroga, de Libre21, con 1,3%, aunque el mismo día en que se difundieron estos números el ex mandatario anunció que se bajaría de la carrera electoral para reforzar el frente opositor al MAS, actitud que ya había adoptado Áñez, quien inicialmente pretendía postularse. Según el sondeo de la empresa Ciesmori consignado por el diario La Razón de la ciudad de La Paz, 13% dijo no tener claro a quién votará, 8,6% evitó revelar sus preferencias, 4,8% dijo que votará en blanco y 1,3% anulará su voto. La encuesta fue realizada en forma telefónica entre el 29 de setiembre y el 8 de octubre, y tiene un margen de error de 1,74%. Si se toman en cuenta únicamente los votos válidos, Arce tiene 42,2%, seguido por Mesa con 33,1%, Camacho con 16,7%, Chi con 3,7% y Quiroga con 2,8%.

La legislación electoral boliviana establece que para ganar en primera vuelta un candidato debe obtener arriba de 40% de los votos, con 10 puntos porcentuales de diferencia sobre el segundo. En caso contrario, los dos postulantes más votados pasarán a una segunda vuelta, que en este caso está prevista para el 29 de noviembre.

Las elecciones, que fueron postergadas en dos ocasiones debido a la pandemia, ya que inicialmente estaban marcadas para el 3 de mayo, luego se reprogramaron para el 6 de setiembre y finalmente fueron fijadas por el Tribunal Supremo Electoral para el 18 de este mes, están siendo precedidas por un notorio clima de violencia política. Desde hace semanas diversas organizaciones les piden a los partidos que bajen el tono agresivo de sus movilizaciones; incluso, la semana pasada, las representaciones en Bolivia de la ONU y de la Unión Europea, así como la iglesia católica, emitieron un comunicado conjunto al respecto.

Pero los choques entre manifestantes del MAS y de otros sectores continuaron. En las últimas horas la situación se agravó porque en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, tierra que desde siempre fue un bastión de la oposición a Evo Morales, fue detenida la candidata a diputada Brenda Segovia, integrante del grupo político del ex mandatario. La acción fue denunciada en su cuenta de Twitter por el candidato presidencial del MAS, Luis Arce. “Denunciamos al pueblo boliviano y a la Comunidad Internacional la detención ilegal y el abuso que ejercen contra nuestra candidata Brenda Segovia en Santa Cruz. Repudiamos la violencia política del gobierno de facto y exigimos su inmediata liberación”, escribió.

También se refirió a este tema Arturo Murillo, el ministro de Gobierno, algo así como el jefe de gabinete de Áñez. Murillo, uno de los más visibles representantes del Ejecutivo, conocido por su agresiva retórica contra el MAS, confirmó la detención de Segovia y dijo que se iniciarán acciones legales en su contra por portación de un gas que es de uso exclusivo de la Policía. “Ella estaba agrediendo a gente con gas pimienta, entonces no pueden agredir y hacerse las víctimas, mientras cumplan con la ley nosotros vamos a respetar [...] cualquier candidato que no cumpla con la ley le vamos a enseñar a cumplir la ley”, aseveró. El jerarca además reiteró su advertencia a los grupos radicales e indicó que si intentan convulsionar el país, la Policía actuará de manera inmediata.