Con motivo de la marcha del 25 de setiembre, los jóvenes del Partido Nacional (PN) colocaron banderas de la diversidad en la sede de la fuerza política. La iniciativa contó con el visto bueno del presidente del Honorable Directorio, Pablo Iturralde, y la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, quienes participaron en el acto.

Sin embargo, la movida generó cuestionamientos a la interna del partido. El diputado Álvaro Dastugue manifestó su malestar mediante una carta que envió al presidente del directorio, según informó El País. En la misiva, Dastugue solicita que no se vuelva a colocar ninguna otra bandera que la partidaria. “Si bien nuestra comunidad política está integrada por diferentes individuos, agrupaciones y sectores que manifiestan y adhieren a distintas cosmovisiones, todos coincidimos en un conjunto de ideales y valores fundamentales, los que se encuentran representados en el Pabellón Nacional y en la bandera y símbolos de nuestro Partido”, dice la carta.

“Le solicitamos que los símbolos y banderas que se coloquen dentro y fuera de los centros representativos de todo el partido, sean exclusivamente las banderas patrias y los símbolos oficiales del Partido Nacional, que nos representan a todos los nacionalistas por igual y respecto de los cuales hay consenso”, expresó Dastugue.

Las discrepancias ya habían sido planteadas por otros dirigentes de Todo por el Pueblo, sector que lidera el senador Juan Sartori. Al día siguiente del despliegue de las banderas, el dirigente Martín Elgue planteó que las únicas dos banderas que distinguen a todos los nacionalistas son el pabellón nacional y la “blanca y celeste”. “Por tanto, nuestra casa partidaria debería exhibir solamente estos símbolos que son los que nos unen”, dijo, según informó El Observador.