Esta noche a las 22.00 (hora uruguaya) se realizará en la Universidad de Belmont, en la ciudad de Nashville, en el estado de Tennessee, el debate entre el actual presidente, el republicano Donald Trump, y el demócrata Joe Biden, el último cara a cara entre ambos antes de las elecciones que se celebrarán el martes 3 de noviembre.
De acuerdo a lo que informó la Comisión de Debates Presidenciales, un órgano independiente encargado de organizar estos eventos, el duelo entre Trump y Biden durará una hora y media y estará dividido en seis partes en las que se abordarán un tema por segmento: la lucha contra el coronavirus, la situación de las familias estadounidenses, temáticas raciales, cambio climático, seguridad nacional y liderazgo.
Los organizadores del debate anunciaron al comienzo de esta semana que para evitar lo que sucedió en el primer debate, en el que Trump interrumpió más de 70 veces a su adversario, los micrófonos de ambos estarán silenciados durante los primeros dos minutos de la oratoria de cada uno. Posteriormente sí, se abrirán los micrófonos y los postulantes podrán realizar intercambios.
“La esperanza de la comisión es que los candidatos sean respetuosos con el tiempo del otro, lo que fomentará un discurso civilizado para beneficio de la audiencia”, afirmó la comisión a través de un comunicado.
El debate será moderado por Kristen Welker, de 44 años de edad, una reconocida periodista de la cadena NBC, que en los últimos días fue criticada por Trump, quien también la emprendió contra la Comisión de Debates por el temario elegido.
El actual mandatario de 74 años de edad está llevando adelante actos de campaña en muchos estados claves para la elección ‒Nevada, Florida, Pensilvania y Arizona, entre otros‒ y está centrando su discurso en tratar a su oponente como una persona al borde de la senilidad, además de acusarlo de corrupto. Este último tema tiene como base las actividades de uno de los hijos de Biden, Hunter, en Ucrania, durante los años en que su padre fue vicepresidente de Barack Obama.
Durante un acto realizado esta semana en la ciudad de Erie, en el estado de Pensilvania, Trump dijo que lo campaña de Biden consiste en “quedarse en casa”. Luego, ante las risas de sus seguidores, dijo que el demócrata se tomó “cinco días de descanso”, y posteriormente lo acusó de ser un “político corrupto”.
Ese tono agresivo, que le sirvió para ser electo en 2016 cuando su oponente demócrata era Hillary Clinton, es al que está apelando Trump una vez más, aunque los sondeos de intención de voto indican que la estrategia no está dando resultado.
De acuerdo a un resumen de encuestas en tres estados claves realizado por la cadena CNN, Biden tiene 52% de intención de voto en Pensilvania, frente a 43% de Trump. En Michigan, el ex vicepresidente obtendría 51% frente a 43% del mandatario, y en Wisconsin Biden ganaría con 51% frente a 43% de Trump. En Florida, otro estado clave en las elecciones por la cantidad de electores que tiene ‒29‒, las encuestas también muestran adelante a Biden, aunque se ventaja se ubica en torno a los tres puntos porcentuales.
En contraste con la vorágine de su contrincante electoral, Biden realizó muy pocos actos en los últimos días, pero ayer llevó a cabo uno en el estado de Pensilvania, donde recibió el significativo apoyo del ex presidente Obama, quien se hizo presente en el lugar, entrando a jugar directamente en la campaña.
Mientras los actos continúan y se espera por lo que pueda dejar el debate, millones de votantes estadounidenses ya votaron y otros miles lo harán en los próximos días, ya sea por correo o en forma presencial, en urnas ya dispuestas en circuitos electorales ubicados en varios estados del país.
El número de votantes viene siendo alto: se estima que la de este año puede ser una de las elecciones con más afluencia, superando el habitual promedio de 50%, en un país en el que el sufragio no es obligatorio. Según informó el diario The Washington Post, cuando quedan menos de dos semanas para la fecha de las elecciones, ya se rompió un récord de volumen de votos por anticipado, con más de 35 millones de sufragios ya emitidos. Esta cifra alcanza 70% del volumen total de votos por anticipado que se emitieron en las elecciones de 2016, ya que en las mismas fechas hace cuatro años habían votado menos de seis millones.
Ya se sabía que debido a la pandemia de coronavirus el voto por correo sería una opción más utilizada que en ocasiones anteriores. Esta modalidad de sufragio viene siendo criticada desde hace tiempo por el presidente Trump –quien no predica con el ejemplo, ya que siempre vota por correo–, por entender que por esta vía es más posible la realización de un fraude electoral.