Una caricatura del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, publicada este miércoles en la tapa del semanario humorístico Charlie Hebdo agregó un episodio nuevo a las tensiones entre el gobierno de ese país y el de Francia. La revista francesa representó en su portada a Erdogan sonriente, en ropa interior, levantándole la ropa a una mujer con velo islámico, mientras dice “Ohh, el profeta”. El título agrega: “En privado, Erdogan es muy divertido”.

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Durante un discurso en Ankara, Erdogan se refirió a la publicación. “No vi esta caricatura [...]. No hay necesidad de decir nada sobre estos sinvergüenzas”, dijo, según citó el diario Libération, y continuó: “Mi enojo no se debe al vil ataque a mi persona, sino a los insultos contra el profeta”.

Más tarde, el gobierno turco anunció en un comunicado que tomará las medidas “legales y diplomáticas necesarias” contra el semanario francés. Un día antes, Erdogan presentó una acción judicial contra el diputado holandés de ultraderecha Geert Wilders, que difundió una caricatura suya con una bomba en la cabeza, informó la agencia Efe.

Las primeras respuestas desde Turquía a la tapa de Charlie Hebdo de este miércoles habían llegado por Twitter.

El encargado de prensa de la presidencia turca, Fahrettin Altun, dijo que esta publicación es resultado del “programa antimusulmán del presidente francés”, Emmanuel Macron, y agregó: “Condenamos el esfuerzo tan despreciable de esta publicación para difundir su racismo cultural y su odio”. A su vez, el viceministro de Cultura turco, Serdar Çam, tuiteó: “Ustedes son unos bastardos. Son unos hijos de perra”.

Desde hace semanas, la crisis entre los gobiernos de Francia y Turquía se hizo evidente a partir de que Macron anunciara medidas para combatir el islamismo radical, decisiones que según el criterio de Erdogan están dirigidas contra la población musulmana en general. La tensión creció después de que un islamista checheno decapitara a un profesor de historia francés, Samuel Paty, por haber mostrado caricaturas de Mahoma en clase. El presidente francés defendió la libertad de expresión y de publicación, y Erdogan le sugirió hacerse un “control mental” por su “obsesión con el islam”. Además, el presidente turco convocó a un boicot internacional a los productos provenientes de Francia. En respuesta, el gobierno francés llamó a consultas a su embajador en Ankara.

También este miércoles hubo reacciones del gobierno de Macron.

El portavoz del Ejecutivo francés, Gabriel Attal, dijo en una conferencia de prensa que “pese a las intimidaciones, Francia no renunciará jamás a sus principios y valores, principalmente a la libertad de expresión y a la libertad de publicación”. El vocero continuó: “Quiero recordar de forma muy clara que fueron declaraciones de odio contra periodistas y contra una redacción las que desencadenaron los atentados, dramas y matanzas que hemos conocido en los últimos años en nuestro país”. En 2015 la redacción de Charlie Hebdo fue víctima de un atentado yihadista en el que fueron asesinadas 12 personas y este año, en otro intento de atentado contra el semanario, murieron dos personas ajenas a la publicación.

El secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune, se refirió a la posibilidad de impulsar sanciones contra Turquía en la Unión Europea. “Promoveremos fuertes medidas europeas de respuesta, cuya última herramienta son las sanciones”, dijo el funcionario, de acuerdo a lo que informó Efe. Beaune afirmó: “El último episodio que empuja cada día las fronteras de lo inaceptable del presidente Erdogan, que insultó al presidente de la República, es revelador no sólo de un momento de tensión pasajero sino de una estrategia de conjunto, que es la de multiplicar las provocaciones en todos los frentes”.