Después de pasar un mes y medio rodeada de documentos con números, la diputada Lilián Galán (Movimiento de Participación Popular), que fue la vicepresidenta de la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, evalúa que el proyecto que pasó a la Cámara de Senadores es “una muy mala noticia para los trabajadores y trabajadoras”, porque la “variable de ajuste del déficit es el salario”. Le parece un error que el Frente Amplio (FA) haga una autocrítica en este momento, porque piensa que debería estar “recorriendo el país, informándole a la gente lo que es este presupuesto”.

¿Cuáles son las diferencias principales de este presupuesto con los del FA?

Es un presupuesto de ajuste. El artículo 4 es súper peligroso y es una muy mala noticia para los trabajadores y trabajadoras porque se recorta el salario. Desde Azucena Arbeleche hasta Isaac Alfie y Pablo Mieres dijeron que en 2021 va a haber recorte del salario real y, por lo tanto, del poder de compra de los trabajadores. Además, se deja de medir el aumento salarial por el Índice de Precios del Consumo y se empieza a medir por el Índice Medio de Salarios que va a elaborar el Poder Ejecutivo para la administración central. Después se dice que va a haber recuperación hacia 2024, pero sólo si suceden ciertas cosas: si se baja el déficit fiscal y si la meta de inflación se cumple, que no se va a cumplir porque la meta de inflación es de un dígito y ya estamos en dos dígitos, y para que se cumpla tiene que mejorar la situación regional y mundial. El ministro de Salud [Pública, Daniel Salinas] dijo en comisión que el año que viene también va a ser un año de pandemia, entonces las economías nuestras van a estar muy deprimidas. Realmente, la recuperación en el año 2024 no se va a ver porque no se van a cumplir esas premisas.

¿Le parece un presupuesto muy optimista?

Ellos tienen unas proyecciones del crecimiento del producto interno bruto (PIB) y de la caída del déficit fiscal que no se van a cumplir, pero no se lo dice el FA, se lo dice la Encuesta de Expectativas Económicas que hace el Banco Central, se lo dicen las agencias privadas, pero ellos tienen una proyección para el año que viene de creación de 10.000 puestos de trabajo nuevos. Esta semana entra un proyecto de ley del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que extiende el seguro de paro hasta el año que viene, entonces ya no se está cumpliendo, porque si se extiende el seguro de paro es porque realmente la pandemia va a seguir. Después dicen que fruto de lo que va a ser el arranque del funcionamiento de UPM y del tren es que va a haber recuperación salarial, pero eso ya estaba previsto por el FA. La pandemia no sólo deprimió la economía nacional, sino también la economía regional e internacional. No veo tan claro que vengan capitales extranjeros porque las economías están muy deprimidas en todo el mundo.

¿Se puede identificar algún logro en la negociación en Diputados por parte del FA?

Un logro muy importante fue haber encontrado recursos para la Universidad de la República [Udelar]. Eso sí fue una presión muy fuerte de la universidad, del rectorado, de los gremios universitarios y de nosotros. La propuesta del FA era sacarlo de un bolsón de 150 millones de pesos para energía eléctrica que tiene el Ministerio de Defensa. Cuando en la comisión preguntamos por qué iban a necesitar tanto dinero para energía eléctrica, lo que nos terminaron diciendo es que es un bolsón de plata por las dudas. Ellos no aceptaron nuestra propuesta para quitar dinero de ahí, pero le terminan dando 433 millones de pesos y lo sacan de un rubro que es recorte de todos los incisos de la administración central. A nosotros nos parece que es un disparate porque ya recortaron a la administración central, pero lo votamos porque es muy importante ese dinero para la universidad. Otra cosa que denunciamos fue el aumento de salario a los presidentes de las empresas públicas y se quitó, así como la derogación de la ley de rendición de viáticos de legisladores, que se aprobó en el gobierno del FA. ¿Quieren derogar la rendición de viáticos para los legisladores, pero recortan los boletos para los estudiantes? ¿Los estudiantes no pueden tener un boleto para ir a tomar mate a la casa de un amigo o ir al teatro, pero los legisladores no devuelven miles de dólares de sobrante? Eso se quitó.

El equipo económico ha dicho que el presupuesto escapa de la lógica incremental. ¿Cuáles podrían haber sido las alternativas a este modelo?

Es el primer presupuesto desde 1986 que no tiene incremento salarial para los trabajadores y trabajadoras. Algo que dijo Alfie cuando vino al Parlamento y que es bastante gráfico: “Estamos en una situación especial, va a haber pérdida del salario real en 2021 y va a haber recuperación hacia el 2024 en función del empleo. ¿Qué quiere la gente, empleo o salario? Hay que recurrir a la solidaridad y priorizar el empleo”. O sea, se recurre a la solidaridad de los trabajadores rebajando el salario para que haya mayor empleo.

¿La opción era sostener un déficit fiscal más alto?

Yo te diría que la preocupación por el déficit fiscal siempre fue del FA también. El gobierno del FA entrega a este gobierno un país saneado, no es lo que dice ahora la coalición. [Jorge] Gandini dijo que la caja estaba vacía. Cuando nosotros sabemos que tienen reservas de libre disponibilidad por 5.300 millones de dólares. Eso es mucha plata, no te digo que toda esa plata se utilizara, pero propusimos que se usara una parte. Además de eso, no es un país súper endeudado. Un país súper endeudado era en 2002, cuando la deuda era 120% del PIB, hoy es 60% del PBI y 50% de esa deuda está pesificada. El déficit aumentó a 6,5% fruto de la pandemia, pero en realidad hay que mirar el contenido de ese déficit, porque la mayor parte de ese déficit es la Caja Militar, y a la Caja Militar no la tocan para bajar el déficit. La variable de ajuste del déficit es el salario de los trabajadores. Entonces hay alternativas a este modelo.

El FA también tuvo problemas para tocar la Caja Militar.

Sí, nos faltó un voto, pero igual se hizo una reforma, que no va a tener impacto hasta dentro de unos años.

Una reforma que muchos calificaron como insuficiente.

Sí, reconocemos que nos faltó un voto, pero tampoco la oposición hizo nada para bajar el déficit en este sentido. En lugar de eso se recorta el salario de los trabajadores públicos. Hay alternativas a este modelo, porque el país no está acogotado, sino que tiene espalda.

¿El aumento de la deuda podría implicar la pérdida del grado inversor?

La ministra dijo en sala que el grado inversor no está en cuestionamiento, porque hoy el mundo cambió y acepta un déficit fiscal de hasta 8%, como le está pasando a [Emmanuel] Macron o a [Angela] Merkel, entonces ese no es el problema hoy. Además, el FA dejó créditos ya pactados y este gobierno salió a colocar bonos al mercado con muy buenos intereses y colocaron deuda, es decir que el país es muy solvente. Lo sabemos además por el documento que el gobierno presentó a inversores, que dice que el país es fuerte. En inglés dicen que el país está saneado, que es un país fuerte, que tiene un sistema financiero consolidado, y para adentro hablan de la herencia maldita, la crisis, el déficit. Es un doble discurso.

En cuanto a los ministerios, ¿quiénes son los ganadores y los perdedores?

El Ministerio de Defensa es el más beneficiado, sin dudas. Si se toma la variación de 2019 a 2021, tiene una asignación favorable de 300 millones de pesos. El segundo es el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, con una variación positiva de 12%, que son 1.669 millones de pesos. El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) evidentemente es perdedor, porque se dice que aumenta su presupuesto, pero en realidad las partidas que ejecuta el Banco de Previsión Social, como la asignación familiar, pasan a ejecutarse en el Mides, que en realidad no tiene la infraestructura para hacerlo. Eso en la administración central, pero en los organismos del artículo 220 de la Constitución, todos sufren recortes, salvo el INAU que tiene un aumento de 4%. La Udelar tenía el presupuesto congelado y ahora se le da 433 millones de pesos, pero los maestros van a perder salario, se quitan las horas de tutoría en el territorio, que significan cosas importantes para la educación secundaria. Yo puedo tener un discurso muy lindo de “educación, educación, educación”, pero si no hay presupuesto incremental para la educación, no va a mejorar.

¿Qué diferencias ve entre la actitud opositora del FA y la de los partidos de coalición cuando el FA estuvo en el gobierno?

Creo que el FA fue muy generoso, porque en aquellos lugares donde pensábamos que tenía que haber técnicos no nos importaba el color político. La coalición considera que todo se tiene que cambiar, incluso lo que está bien. El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, reconoció en comisión que la ANII [Agencia Nacional de Investigación e Innovación] era uno de los grandes logros del FA y, sin embargo, ese gran logro desaparece en el presupuesto y se convierte en una unidad ejecutora del Ministerio de Educación y Cultura. Entonces, ¿era un gran logro pero desaparece? Se cerraron ventanillas, no van a financiar becas posdoctorales y lo peor es el financiamiento que va a tener, que es crowdfunding, micromecenazgos, son las empresas que van a financiar proyectos de acuerdo a sus necesidades. No está mal la unión de las empresas y la academia, lo que está mal es que las empresas sean las que pongan el criterio de hacia dónde se quieren direccionar la política científica y el conocimiento en un país como Uruguay. Eso nos parece muy grave. Vienen a cambiar todo lo que FA había construido estos años, con una actitud mezquina, como lo vimos con la UAM.

En el FA parecen existir dos visiones sobre el manejo fiscal: unos dicen que fueron errores no haber llegado a 6% del PIB para la educación o no haber establecido más impuestos a la riqueza; otros plantean que hubo mal gasto. ¿Cuál es su postura?

Cuando íbamos a asumir el tercer gobierno hubo por parte del FA varios errores, por ejemplo, criticar al segundo gobierno porque hizo una gran inversión en las empresas públicas. Las críticas dentro del mismo FA creo que han sido negativas, porque me parece que nos tenemos que sentar a ver si las cosas se hicieron bien o mal, pero no hablar de despilfarro, porque nadie se enriqueció. Lo que hubo sí fue creación de obra pública, de patrimonio público y mayor distribución del ingreso. Vas a cualquier barrio y está lleno de liceos, hospitales, policlínicas que son primer mundo. Acá no hubo mal gasto, hubo gasto por parte del Estado. Y con el diario del lunes, creo que se tendría que haber gastado más en educación, porque guardar esos dineros y declarar la esencialidad fue un error, porque nos disociamos de la sociedad civil. Ese error lo vamos a tener que analizar. No hubo mal gasto, hubo gasto en la población más necesitada. Los salarios docentes se triplicaron con el FA. No se llegó a 6% para la educación, pero hubo muchos más recursos porque el PIB había crecido muchísimo. Ahora, indudablemente el modelo económico se venía agotando y no lo supimos ver.

Se inició el proceso de autocrítica con base en un documento que se difundió a principio de este mes. ¿Coincide en todos los puntos que se manejan?

Me parece un error plantear ese documento en medio de una discusión presupuestal porque en realidad nosotros tenemos que salir a hablar con la gente, a explicarle lo grave que es este presupuesto en lugar de encerrarnos a hacer una autocrítica. Creo que la autocrítica tendría que haber quedado atrás del presupuesto. Ahora discutimos un presupuesto sin gente en las barras y cuando estaba el FA se caía de gente las barras, lo que me parece perfecto. En este momento me parece que los que estuvimos en esta discusión presupuestal tendríamos que estar recorriendo todos los comités de base en el país, informándole a la gente lo que es este presupuesto. Tenemos tiempo para la autocrítica, salgamos a la calle, a hablar con la gente.

La falta de diálogo con la sociedad es uno de los puntos que aparecen en el documento.

Sí, eso lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo: pongámoslo en práctica.