La senadora colorada Carmen Sanguinetti fue la primera en hablar ante la renuncia del ex presidente Julio María Sanguinetti a su banca en la Cámara de Senadores. Señaló: “No es usual que dos ex presidentes integren el Senado y mucho menos que el mismo día hayan decidido dejarlo. Estoy convencida de que es un hecho simbólico, porque se retiran del Senado pero no de la política. Tengo la convicción de que, a pesar de las diferencias ideológicas enormes que los separan, este hecho simbólico es una reafirmación de nuestra democracia republicana”. Luego repasó su trayectoria política y su afán por el periodismo, oficio que, según la legisladora, muchas veces Sanguinetti describió como su trinchera, y afirmó que el dirigente seguirá liderando al Partido Colorado (PC).

El colorado Germán Coutinho agregó que Sanguinetti no se va, “porque siempre está, siempre estuvo y siempre estará”. En ese sentido, recordó que Sanguinetti seguirá siendo la máxima autoridad del partido y destacó que “una coalición fuerte necesita partidos fuertes, algo que a algunos les cuesta entender, pero que Sanguinetti nos hizo entender cuando nos dijo que primero se votaba con el corazón y luego con la razón”.

Desde el Frente Amplio (FA) se reconoció a Sanguinetti como un gran rival político. El senador Enrique Rubio señaló que es un “adversario extraordinariamente inteligente pero de una habilidad estratégica, táctica consumada, algo que, para nosotros, es sumamente riesgoso, pero siempre en la arena democrática, ese lugar común que compartimos”. “Me apena que se ausente porque siempre el adversario de fuste estimula y nos obliga, y mejoramos la calidad del hacer democrático”, afirmó.

El nacionalista Gustavo Penadés lo describió como un “combatiente” porque tuvo la “valentía” de luchar contra el “monopolio de las ideas o la imposición de una verdad”. Destacó su afán por contar “la historia verdadera”. A su juicio, Sanguinetti siempre ha tenido un “criterio que es muy importante tener: honestidad intelectual”.