La opción “A” del presidente de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), Alem García, para hacer frente al anuncio del gobierno argentino de que dragará el canal Magdalena, es que Uruguay lleve adelante la concreción del puerto de aguas profundas en Rocha.

La iniciativa comenzó a tener vuelo durante la administración del ex presidente José Mujica, a la par del proyecto minero de la empresa Aratirí, pero luego de que la inversión no se concretó, pasó a un segundo plano.

A comienzos de la actual administración, el titular del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), Luis Alberto Heber, dijo que el puerto de aguas profundas no estaba en la agenda de la cartera e invitó a preguntarse “qué carga va a ir por ahí”. “No podemos hacer una inversión de 3.000 millones de dólares con un destino incierto”, expresó. El jerarca argumentó que es necesario “cuidar la plata de los uruguayos” y advirtió que “barcos que precisan más de 20 metros de calado no están en el circuito de América del Sur”, sino en el del hemisferio norte. “Es decir que no hay un circuito que esté requiriendo un puerto de aguas profundas”, expresó. Según pudo saber la diaria, la postura de las autoridades de MTOP no ha cambiado desde entonces.

Pero durante una sesión de la Comisión Especial del Río de la Plata, el Frente Marítimo y la Antártida, de la Cámara de Diputados, García subrayó que la concreción de este puerto sería el mejor antídoto para resolver las complicaciones que podría traer la habilitación del canal Magdalena. En concreto, esta obra implicaría una ruta alternativa de ingreso al puerto de Buenos Aires y alejaría a los barcos de Montevideo unos 50 kilómetros. Hoy por hoy, los barcos que navegan hacia Buenos Aires toman el canal Punta Indio, que nace al sur del puerto de Montevideo. García cuantificó en 30% la afectación que tendría el puerto de Montevideo en caso de habilitarse esta ruta.

Pero, además, el canal Magdalena afectaría también al canal Punta Indio, al punto de que García sostuvo que posiblemente Argentina se desinterese por su mantenimiento y Uruguay deba hacerse cargo. Por eso, aseguró que la CARP le propuso a la cancillería “que el Poder Ejecutivo incluyera en el presupuesto un artículo en el que se prevea ese gasto”. Este canal actualmente es indispensable para llegar al puerto de Nueva Palmira.

A pesar de estas dificultades, García, quien fue diputado por Rocha, saludó la anunciada obra de infraestructura en Argentina: “Bienvenido el Magdalena si nos saca de la tranquilidad y nos empuja a realizar algo que debió hacerse 40 años antes: el puerto de aguas profundas, en el océano”.

García explicó que tras la ampliación del canal de Panamá los barcos se agrandaron en ancho y longitud, por lo que hizo un razonamiento distinto al que planteaba Heber: “Los barcos que hay ahora, llamados megaportacontenedores de quinta generación, tal vez dentro de diez o 15 años sean obsoletos, y en vez de 14 metros de profundidad como mínimo -que es el dragado que se hace en casi todos los puertos del mundo que lo requieren- se necesitarán 16 o 18 metros; no podemos saberlo. Pero no tenemos que pensar a diez o a 15 años; el Uruguay tiene que pensar a 50 años, primera fase, y prever una segunda fase por otros 50 años más, como hacen los países en serio”.

“Los pesimistas dicen: ‘Ah, no, ¿cómo vamos a hacer un puerto de aguas profundas si no tenemos carga?’. Mientras no esté el puerto, obviamente, no va a venir la carga. Aquí estamos como en el caso del huevo y la gallina, qué fue lo primero”, agregó.

Además, sostuvo que el puerto de aguas profundas “transformaría a todos los demás puertos de la región en puertos que reciben la mercadería a través del tráfico marítimo de cabotaje, porque el gran puerto distribuidor del Cono Sur va a ser el puerto uruguayo de Rocha, donde, reitero, la naturaleza nos brinda profundidades naturales, y eso será siempre así, porque las corrientes oceánicas no van a cambiar”. Por eso, aseguró que la “solución” frente al canal Magdalena “es obvia”: “El Uruguay tiene que hacer lo que tenga que hacer para concretar la obra que está prevista por visionarios desde hace más de 80 años, por marinos fantásticos que ha tenido este país y también por políticos que han visto más allá de la época que les tocó vivir”.

Calificó a esta como la “opción A” frente al canal Magdalena: “No dependemos de nadie, no tenemos que pedirle permiso a nadie, porque no hay ningún tratado que condicione el accionar del gobierno uruguayo para su realización”.

La opción B, que definió como “más compleja”, es concretar los proyectos de la hidrovía Paraná-Paraguay, de forma de darle más dinamismo al puerto de Montevideo. “Ahora, ¿cuál es la falla que yo ya le veía en 1992 y que me di cuenta después que hacía que no podía ser? Cuando empecé a ver pormenores de este megaproyecto continental sudamericano, me di cuenta de que no puede terminar en Nueva Palmira; la hidrovía más grande del mundo, o la segunda en importancia del planeta, ¿cómo va a terminar en el puerto de Nueva Palmira?”, expresó García. El presidente de la CARP sostuvo que si no se le da participación al “interés portuario bonaerense, esta hidrovía nunca se va a concretar”.

En cambio, el puerto de aguas profundas “lo podemos empezar a construir ya, en 2021”. “Alguno se puede preguntar de dónde sacamos el dinero. Yo pienso que cuando el Uruguay quiere, logra sus objetivos, y cuando necesita dinero, logra obtener el dinero que necesita. ¿No hemos invertido, para recapitalizar ANCAP, 800 millones de dólares en la primera fase, después 200 millones más y luego otro tanto, en total 1.200 millones de dólares? Averigüen cuánto sale el puerto [...] con las condiciones privilegiadas que nos brinda la geografía de Rocha, un puerto se hace con menos dinero del que ustedes puedan pensar”, finalizó.