El domingo 29 tendrá lugar en Brasil la segunda vuelta de las elecciones municipales en 57 ciudades, 18 capitales estaduales y 39 municipios en los que viven más de 200.000 habitantes. Entre todas las disputas electorales, la que más se destaca es la de San Pablo, la ciudad más grande del país, donde el mano a mano del domingo será entre el actual alcalde de la ciudad, Bruno Covas, perteneciente al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y Guilherme Boulos, candidato del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (Psol). Si bien su partido tiene una base pequeña, la candidatura de Boulos logró reunir a todo el arco de la izquierda y la centroizquierda paulistas, lo que le permitió crecer en las encuestas de intención de voto.

De acuerdo con el último sondeo difundido, realizado por Datafolha, Couvas va adelante en la carrera por la reelección con 55% de los apoyos contra 45% de Boulos. En la muestra anterior, difundida la semana pasada por la misma consultora, Covas tenía 58% y el emergente dirigente izquierdista llegaba a 42%.

Interrogado acerca de los últimos números, Boulos expresó que confirman una ola de apoyo a su candidatura. “Lo que la encuesta de Datafolha mostró es que está creciendo la ola de cambio en la ciudad de San Pablo. En una semana nuestra candidatura creció varios puntos, lo que muestra que la población de San Pablo no quiere la continuidad de este gobierno”, dijo Boulos según consignó el diario Folha.

El domingo también habrá disputa electoral en Río de Janeiro, la segunda ciudad más poblada del país, pero en este caso no hay incertidumbre, porque todo apunta a que el ex alcalde Eduardo Paes, del partido derechista Demócratas, será el ganador. Según las últimas encuestas, Paes, quien más allá de su postura ideológica cuenta con el apoyo de todos los sectores de izquierda y de centro, suma 71% de las adhesiones contra sólo 29% que reúne el actual alcalde carioca, Marcelo Crivella, ingeniero y pastor de la Iglesia Universal, del partido Republicanos, quien es el único candidato apoyado por el presidente Jair Bolsonaro que llegó a la segunda vuelta electoral en alguna de las grandes ciudades del país.

Donde habrá una lucha cerrada será en la ciudad de Recife, capital del estado de Pernambuco, donde pugnan por la alcaldía Marília Arraes, del Partido de los Trabajadores (PT), y su primo João Campos, del Psol. De acuerdo con los últimos sondeos, Arraes tiene 55% de las adhesiones contra 45% de su pariente, por lo que si esto se confirma Recife sería la única gran ciudad del país –es la novena en cantidad de población– en la que habrá un gobierno del PT, que de todas maneras peleará el domingo por imponerse en varias ciudades del interior y también en Vitória, capital del estado de Espírito Santo.

Otra contienda importante del domingo tendrá lugar en Porto Alegre, la capital del estado de Rio Grande do Sul. Sebastião Melo, del centroderechista Movimiento Democrático Brasileño, medirá fuerzas con Manuela D’Ávila, candidata por el Partido Comunista de Brasil que cuenta desde el inicio de su carrera electoral con el apoyo del PT. Según los últimos sondeos, las cosas no pintan bien para la izquierda, ya que Melo cuenta con 61,80% de las intenciones de voto contra el 38,2% que reúne su oponente.

En la primera vuelta, el 15 de noviembre, Melo había tenido 31,01% de los votos, D’Ávila 29% y tercero, con 21,07%, se había ubicado el actual alcalde de la ciudad más importante del sur de Brasil, Nelson Marchezan, integrante del PSDB.

Si bien Marchezan la semana pasada había declarado su neutralidad de cara a la segunda vuelta, el martes su partido emitió un comunicado en el que expresó su apoyo a Melo. En un mensaje publicado en sus redes oficiales, el PSDB expresó su convicción de que apoyar a Melo “es la mejor vía para que las políticas públicas construidas bajo el gobierno de Marchezan sigan avanzando para ofrecer una mejor calidad de vida a la población. El PSDB no aprueba y rechaza la ideología del Partido Comunista de Brasil, así como tampoco está de acuerdo con la agenda de sus aliados, que, liderados por su candidata, se identifican claramente con un sesgo de izquierda, antagónico con las posiciones de nuestro partido, inspirado en la socialdemocracia y la democracia cristiana”.