“Históricamente nos confunden. Nos llaman para pedir hora para el casamiento, y mi familia me felicitó por la designación en el Registro Civil”, dijo Conrado Ramos, director de la Oficina Nacional del Servicio Civil (ONSC), que tiene fijado, entre otros objetivos, que la dependencia que lidera tenga mayor visibilidad, tanto de la población en general como de los funcionarios públicos. Además, proyecta varias reformas en el funcionamiento del Estado y pone el foco en cómo suplir el retiro por jubilación de una cuarta parte de los trabajadores en los próximos cinco años.

En un taller para la prensa realizado la semana pasada, Ramos junto al subdirector del Servicio Civil, Ariel Sánchez, y el resto del equipo de la ONSC explicaron algunos de los procesos ya iniciados, otros que están por implementarse y también ideas que pretenden concretar a futuro. El jerarca señaló que el organismo “fue creado para ser guardián de la meritocracia”, tanto para los ingresos al Estado como para los ascensos de funcionarios públicos. Sin embargo, sostuvieron que hay falencias prácticas y falta de potestades que le impiden cumplir cabalmente ese rol.

Para empezar, “no hay datos centralizados” sobre los funcionarios, y parte de los organismos del Estado —como las intendencias, el Poder Judicial o la educación— no están bajo la órbita de la ONSC. “Tenemos que mejorar la calidad de los datos que hay sobre los funcionarios públicos”, señaló Ramos, y detalló que se está avanzando para intercambiar información con el Banco de Previsión Social (BPS), que posee el registro laboral de todos los trabajadores.

El objetivo final sería “tener un legajo del funcionario público”, donde figuren su trayectoria dentro del Estado y las evaluaciones que se le hicieron. La idea de Ramos es potenciar el Sistema de Gestión Humana —proyecto que viene desde hace varios años y busca integrar la gestión del personal de la Administración Central—, corrigiendo “las fallas técnicas” que entiende que existen y ampliando su cobertura, porque hoy se utiliza sólo para el control del presentismo de los funcionarios. “Queremos producir más datos, para sistematizar la información y porque es un incentivo para las buenas prácticas”, explicó.

A su vez, planteó que no hay datos certeros acerca de cuántos organismos cumplen con la cuota de contratación de personas con discapacidades, afro y trans. Sí está claro que varios la incumplen, pero la ONSC no sabe “si es porque no se respeta el cupo o porque no hay personas que cumplan con los requisitos”.

También se pretende relevar las distintas compensaciones que reciben los funcionarios dependiendo del área donde trabajan, y equiparar las distintas ocupaciones que hay dentro de la administración pública. Esto está ligado a una de las aspiraciones de Ramos para este período, que es implementar “un nuevo sistema de carrera para los funcionarios asociado a un nuevo esquema de remuneraciones”. Para ello ya inició conversaciones con el sindicato de trabajadores estatales (COFE) y estimó que al final del primer semestre de 2021 quedará pronto el relevamiento de ocupaciones.

Ramos adelantó que “habrá una fuerte discusión con el sindicato, los partidos políticos y la sociedad civil” para definir la reforma de la carrera funcional. “Hoy con todos los grados y compensaciones que hay dentro del Estado se formó un pantano del que en algún momento hay que salir. Es difícil, pero alguien lo tiene que hacer algún día”, subrayó el director de la ONSC.

Encuestas y “desconfianza”

El consultor en gestión humana y docente universitario del área Ricardo Chiesa asesora al director de la ONSC y presentó durante el taller algunos planes que buscan alcanzar “una imagen positiva” de la población acerca del funcionamiento del Estado y de sus trabajadores. Dijo que se aspira a tener funcionarios “comprometidos con la misión de su organización”, que tengan “alto dominio de las competencias laborales requeridas”, que se enfoquen “en los objetivos y resultados claves para los ciudadanos”, y que accedan a “oportunidades de desarrollar su potencial”.

Chiesa anunció que el año que viene la ONSC lanzará “una encuesta de motivación” para los funcionarios públicos, algo que nunca se hizo en Uruguay y con lo que se busca “conocer más” al personal. Algunas de las preguntas serían hasta dónde está dispuesto a cumplir una orden que no comparte, si aspira a concursar por otro cargo o qué siente cuando llega un nuevo ministro trayendo con él a varios adscriptos.

Sin embargo, las autoridades saben que la modalidad de encuesta no está bien vista a la interna del Estado. “No hay cultura, hay desconfianza”, expresó Ramos. Este año se envió un cuestionario sobre capacidades a unos 18.000 funcionarios y respondieron unos 4.500, y hay “áreas enteras” que decidieron no contestar. El director de la ONSC reafirmó esta herramienta y dijo que es utilizada por varios países en el mundo, entre ellos la Escuela Nacional de Administración Pública de Brasil.

Retiros y ascensos

Una de las principales preocupaciones de las autoridades es que cerca de una cuarta parte de los funcionarios tienen edad para pasar a retiro en este quinquenio. Para eso, explicaron que se tomará una idea aplicada en otros países, que consiste en ofrecer a las personas con experiencia en un área que dediquen sus últimos meses de trabajo a capacitar a sus sucesores. Ramos sostuvo que “hay varias áreas del Estado que quedarán sin gente con experiencia”, y mencionó como ejemplo la Contaduría General de la Nación y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) —donde 30% pasaría a retiro en este período—. Esas funciones deberán ser reasignadas en un contexto en que el gobierno, en virtud de los números fiscales, limitó los ingresos al Estado y el llenado de vacantes.

Otro de los planes futuros de la ONSC es que los llamados a concurso por ascensos dentro del Estado alcancen a todos los funcionarios. Esto quiere decir que, por ejemplo, un contador de un ministerio pueda postularse a un cargo vacante en esa misma área en otra dependencia. Con esto, según Ramos, “disminuirían los pases en comisión”, que hoy son “la única forma de moverse” que tienen los trabajadores públicos.

Alcanzar que los concursos de ascenso sean abiertos a toda la administración pública dará “mayor transparencia” y permitirá que los trabajadores puedan planificar su trayectoria laboral en virtud de sus capacidades y motivaciones, explicaron las autoridades. En esa línea, se aspira a que la web de Uruguay Concursa, que hoy centraliza los llamados de ingreso a la función pública, sea también donde se publiquen todos los concursos de ascensos.