Varias ciudades españolas fueron escenario de manifestaciones que terminaron con disturbios en las noches del viernes y el sábado.
Inicialmente convocadas a través de las redes sociales para expresar el rechazo ante las medidas impuestas por el gobierno central que encabeza Pedro Sánchez y también por los autonómicos para controlar la pandemia de coronavirus, grupos variopintos de personas –trabajadores de los sectores más golpeados por la crisis económica generada por la pandemia, militantes de varias causas y también grupos de extrema derecha– se nuclearon en las zonas céntricas de las ciudades, donde con el correr de las horas la situación se salió de control y se produjeron enfrentamientos con la Policía, además de saqueos en comercios y diversos daños materiales.
Las escenas se replicaron en Madrid, Barcelona, Logroño, Málaga, Bilbao, San Sebastián y Santander, entre otras ciudades.
En Barcelona, por ejemplo, donde los disturbios más violentos se dieron en la noche del viernes, participaron en los choques con las fuerzas de seguridad integrantes de dos famosas facciones de barras bravas ultraderechistas del Fútbol Club Barcelona, los Boixos Nois y los Casuals, de acuerdo a lo que informó el diario La Vanguardia.
Los altercados se saldaron con cerca de 60 detenidos en todo el país, además de varios heridos, entre los que se cuentan 12 integrantes de las fuerzas de seguridad.
Corridas, lanzamientos de objetos, quema de contenedores y otros elementos del mobiliario urbano fueron el denominador común de las protestas, que obviamente generaron repercusiones a nivel político.
El presidente Pedro Sánchez publicó un mensaje en su cuenta de Twitter expresando que “la conducta violenta e irracional de grupos minoritarios es intolerable” y “no es el camino”. “Sólo desde la responsabilidad, la unidad y el sacrificio lograremos vencer a la pandemia que asola a todos los países”, dijo el mandatario socialista, quien agradeció el trabajo de las fuerzas y los cuerpos de seguridad.
Un mensaje similar emitió el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que alertó que “vivimos meses de esfuerzo y no es momento de relajar medidas”. También la presidenta madrileña y el alcalde de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, ambos integrantes del opositor Partido Popular, llamaron a cumplir la ley para evitar la transmisión del virus. Otros políticos, como la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, o el dirigente de Vox, Santiago Abascal, también han mostrado su apoyo a los agentes que están haciendo frente a los “grupos violentos”, según recogió el portal Público.
Pero si bien todos condenaron los hechos de violencia, algunos intentan capitalizarla políticamente.
Así fue que desde Vox se criticó a la Policía catalana, los Mossos d’Esquadra, que hayan atribuido las concentraciones de Barcelona el viernes a la extrema derecha, culpando en su lugar a la extrema izquierda y a menores de edad. Ante esta afirmación, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, quien es vicepresidente segundo del Gobierno, acusó a la “ultraderecha” de acometer una “estrategia de la tensión” y de promover disturbios “tirando la piedra y escondiendo la mano”, comparando la situación con la que se registró la semana pasada en algunas ciudades italianas en el mismo contexto de protestas.
En España, las manifestaciones comenzaron el viernes, en coincidencia con la entrada en vigor en la mayoría de las comunidades autónomas de las limitaciones destinadas a evitar los desplazamientos y las reuniones sociales con motivo del Día de Todos los Santos –que se celebró este domingo–, que afectan a 87% de la población del país.
Según los datos del viernes del Ministerio de Sanidad, que no ofrece información durante el fin de semana, España acumula desde el inicio de la pandemia 1.185.678 afectados por la covid-19, en tanto que la muerte de 35.878 personas fue atribuida al nuevo patógeno.