Tres policías franceses fueron formalizados este lunes por golpear a Michel Zecler, un productor musical negro detenido el 21 de noviembre en París, y deberán esperar el proceso en prisión preventiva. También fue imputado un cuarto policía, que se encuentra en libertad vigilada, como sospechoso de lanzar una granada de gas lacrimógeno durante la detención de Zecler, informó el portal France24.

Los otros tres policías están acusados de delitos de violencia intencional por parte de un titular de la autoridad pública, uso de lenguaje racista, violación de propiedad privada, daño intencional a la propiedad privada y falso testimonio, por haber mentido en el parte policial.

El 21 de noviembre, Zecler se apuró a entrar a su estudio porque vio un patrullero, estaba en la calle sin mascarilla y tuvo miedo de que lo multaran. Los policías lo persiguieron, entraron al estudio a detenerlo y le dieron una paliza. De acuerdo con el productor de Black Gold Studios, le dijeron insultos racistas mientras lo agredían, algo que corroboró un testigo que los escuchó desde dentro del estudio. Después los policías llevaron detenido a Zecler, acusado de un delito de rebelión y de intentar utilizar las armas de los funcionarios.

Sin embargo, posteriormente se divulgaron imágenes grabadas por cámaras de seguridad que había dentro del estudio y por vecinos, y las acusaciones en su contra fueron archivadas. El fiscal de París, Rémy Heitz, pidió entonces que se abriera una investigación formal contra los policías, y estos admitieron que actuaron por miedo, porque Zecler se resistió a que lo detuvieran, y que lo golpearon sin motivo.

La agresión contra el productor generó indignación en Francia. El propio presidente Emmanuel Macron calificó de inaceptable la conducta de los policías.

Con imágenes del ataque a Zecler, los franceses también se movilizaron el sábado contra un proyecto de ley de seguridad, que ya obtuvo una primera aprobación en la Cámara de Diputados, que limita la difusión de imágenes de actuaciones policiales. En las protestas contra esta iniciativa participaron el sábado más de 130.000 personas, según la Policía, y cerca de 500.000, según el comité Stop a la Ley de Seguridad Global, que fue uno de los convocantes.

En París, la protesta terminó en enfrentamientos entre manifestantes y policías al llegar a la plaza de la Bastilla. Allí un fotógrafo de AFP y de la revista Polka Magazine, Ameer al Halbi, fue lastimado por un policía que lo golpeó con una cachiporra, y según el ministro del Interior, Gérald Darmanin, 98 funcionarios policiales fueron heridos.

También los partidos de izquierda marcaron su posición contraria a este proyecto de Ley de Seguridad Global, al igual que organizaciones sindicales, asociaciones periodísticas y militantes por los derechos humanos. Cuestionaron el impacto que una norma de ese tipo podría tener sobre la libertad de información. El artículo 24 del proyecto castiga con penas de cárcel de hasta un año y con multas de hasta 45.000 euros a quien difunda imágenes de operativos con intención de causar daño a los policías.

En respuesta a las críticas que recibió el proyecto, el primer ministro francés, Jean Castex, propuso que el artículo 24 fuera revisado y reescrito por una comisión independiente. Sin embargo, según informó el diario Libération, incluso integrantes del oficialismo, como el diputado Richard Ferrand, cuestionaron esa manera de resolver el problema. “Confiar a un órgano externo una misión de este tipo constituiría un ataque a los cometidos del Parlamento, que es el único que redacta y vota las leyes”, dijo Ferrand.

Finalmente, este lunes, el jefe de la bancada del partido de Macron, La República en Marcha, Christophe Castaner, manifestó que el oficialismo va a proponer en la Asamblea Nacional una nueva redacción del artículo. “Sabemos que sigue habiendo dudas” al respecto, dijo Castaner. El diputado agregó que “cuando hay incomprensión, hay que saber escuchar”, y que “el equilibrio” con que se trató de redactar el texto “no ha sido percibido de forma unánime”.