La declaración conjunta firmada en las primeras horas de este martes por el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que puso fin al conflicto bélico que se estaba produciendo en Nagorno-Karabaj desde el 27 de setiembre generó enormes repercusiones inmediatas, y más a largo plazo representará un aumento de la influencia rusa en esta región situada en el sur del Cáucaso.

En Armenia la nota predominante fue la decepción, y ni bien se conoció el acuerdo se produjeron masivas movilizaciones en Ereván, la capital del país, donde muchos edificios públicos fueron tomados por manifestantes.

La rabia tuvo como principal blanco al primer ministro Pashinyan. En su declaración, el líder del Ejecutivo dijo que firmar el acuerdo con el presidente de Azerbaiyán bajo la mediación rusa fue “una decisión muy dura” de tomar y que el texto de la declaración es muy “doloroso”, tanto para él personalmente como para todo el pueblo armenio. Sin embargo, tras “un análisis profundo de la situación militar” y consultas con personas al tanto del desarrollo de los acontecimientos en la disputada región, el primer ministro armenio llegó a la conclusión de que era “la mejor decisión en la situación actual”.

El acuerdo firmado por las partes (ver recuadro) implicó que Azerbaiyán retome prácticamente todos los territorios que había perdido frente a Armenia en la guerra que finalizó en 1994.

En cuanto al territorio de Nagorno-Karabaj –Artsaj para los armenios–, apenas la capital, Stepanakert, quedó bajo su control, aunque con la tutela de las tropas de paz rusas, que serán las que garantizarán que no haya nuevas hostilidades. Fue decisiva para la firma del acuerdo la caída de la ciudad de Shusi –Shusha para los azeríes–, la segunda más importante de Artsaj, recuperada, de acuerdo al criterio de Azerbaiyán, en los enfrentamientos del domingo.

Esta ciudad, de enorme importancia simbólica e histórica para el pueblo armenio, es además clave desde el punto de vista estratégico, porque está ubicada sobre una colina apenas a 12 kilómetros de Stepanakert, y además desde allí se puede controlar la carretera que une Artsaj –situada completamente dentro de territorio azerbaiyano– con Armenia. Ante esta derrota militar, que ponía en serio peligro la soberanía armenia sobre todo el territorio de Artsaj, Pashinyan decidió ceder ante su enemigo y aceptar la mediación de Rusia.

Tanto los partidos de la oposición armenia como buena parte de la población de la nación –la que vive dentro de sus fronteras como la numerosa diáspora– entienden que Pashinyan, luego de las agresiones iniciales de Azerbaiyán que reavivaron el conflicto, alentó, extendió en demasía y generó expectativas de un triunfo en una confrontación que de antemano sabía que no podía ganar, teniendo en cuenta el mayor poderío, tanto numérico como armamentístico, del Ejército de Azerbaiyán, que contó además con el expreso aunque nunca explicitado apoyo a todo nivel de Turquía y de numerosos mercenarios yihadistas provenientes en su enorme mayoría de Siria.

Los numerosos muertos del lado armenio –no hay cifras exactas, pero se estima que fueron alrededor de 2.000, en su mayoría jóvenes combatientes–, además de las más de 15.000 personas que fueron desplazadas de los lugares en los que vivían, pesarán sin dudas en el futuro político de Pashinyan.

Tras firmarse el acuerdo, los rusos de inmediato comenzaron a trasladar a sus tropas rumbo a la zona. De acuerdo a lo estipulado por las tres partes, los efectivos de paz del Ejército de Rusia serán aproximadamente 2.000 y pasarán a cumplir funciones en las zonas limítrofes, que ahora deberán pasar de estar bajo control armenio al de Azerbaiyán.

Por su parte el presidente de este último país, Aliyev, calificó de “histórico” el acuerdo con Armenia y Rusia sobre el cese de la guerra en la disputada región, y expresó su agradecimiento a Putin por su participación personal en la resolución de ese conflicto armado, de acuerdo a lo que informó RT.

“Bakú se alegra de que se ponga el punto final en la resolución del conflicto en Nagorno-Karabaj, que ha durado muchos años”, agregó el mandatario en el discurso televisivo que dio pocas horas después de firmado el acuerdo, ampliamente beneficioso para su país.

Aliyev, quien preside el país desde 2003, había dicho que además de Rusia, Turquía, su aliado histórico, también tendría participación en el mantenimiento de la paz en la zona. Sin embargo, el texto completo de la declaración no menciona en ninguna parte a Turquía.

“No hay una sola palabra sobre esto en el texto de la declaración publicada, no fue acordado por las tres partes”, confirmó a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dejando clara la postura rusa respecto de la cuestión.

Para Moscú es primordial contener la influencia en la zona de Turquía, país con el que ya ha tenido choques en los últimos años por sus diferencias en otros conflictos, como por ejemplo en las guerras civiles que se están desarrollando en Siria y Libia.

Los puntos del acuerdo

  1. Se anuncia un alto el fuego completo y el cese de todas las hostilidades en la zona del conflicto de Nagorno-Karabaj a partir de las 00.00 (hora de Moscú) del 10 de noviembre (21.00 GMT del 9 de noviembre). Azerbaiyán y Armenia se detienen en sus posiciones actuales.
  2. El distrito de Agdam es devuelto a Azerbaiyán antes del 20 de noviembre de 2020.
  3. A lo largo de la línea de contacto en Nagorno-Karabaj y a lo largo del corredor de Lachín se desplegará un contingente de mantenimiento de la paz de Rusia, que incluirá a 1.960 militares con armas pequeñas, 90 vehículos blindados de transporte de personal, así como 380 unidades de automóviles y equipo especial.
  4. El contingente ruso de mantenimiento de la paz se despliega en paralelo con la retirada de las fuerzas armadas de Armenia. El período del despliegue es de cinco años y se prorrogará automáticamente por otros períodos de cinco años si ninguna de las partes declara su intención de dar por terminada la aplicación de esta disposición seis meses antes de la expiración del período.
  5. A fin de aumentar la eficacia del control sobre la aplicación de los acuerdos por las partes en conflicto, se despliega un centro de mantenimiento de la paz para controlar el alto el fuego.
  6. Armenia devolverá a Azerbaiyán la región de Kalbajar antes del 15 de noviembre, y la región de Lachín, antes del 1º de diciembre. El corredor de Lachín (de cinco kilómetros de ancho), que garantizará la conexión entre Nagorno-Karabaj y Armenia y al mismo tiempo no incluirá a la ciudad de Shusha, permanece bajo el control del contingente de mantenimiento de la paz de Rusia. Por acuerdo de las partes, en los próximos tres años se determinará un plan para la construcción de una nueva ruta por el corredor de Lachín que garantizará la comunicación entre Nagorno-Karabaj y Armenia, con el posterior redespliegue del contingente ruso de mantenimiento de la paz para proteger esta ruta. Azerbaiyán garantiza la seguridad del tráfico de ciudadanos, vehículos y mercancías a lo largo del corredor Lachín en ambas direcciones.
  7. Los desplazados internos y los refugiados regresan al territorio de Nagorno-Karabaj y a áreas adyacentes bajo el control de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
  8. Se realiza el intercambio de prisioneros de guerra, rehenes y demás detenidos, así como de los cuerpos de los fallecidos en las hostilidades.
  9. Se desbloquean todos los enlaces económicos y de transporte de la región. Armenia garantiza la seguridad de las conexiones de transporte entre las regiones occidentales de Azerbaiyán y la República Autónoma de Najicheván a fin de organizar el movimiento sin obstáculos de ciudadanos, vehículos y mercancías en ambas direcciones. El control del transporte corre a cargo de los órganos del Servicio de Fronteras del Servicio Federal de Seguridad de Rusia. Por acuerdo de las partes, se facilitará la construcción de nuevas comunicaciones de transporte que unan la República Autónoma de Najicheván con las regiones occidentales de Azerbaiyán.