Las multitudinarias elecciones municipales realizadas este domingo en Brasil tuvieron como singularidad un importante retraso en el conteo de votos en muchos estados del país, debido a un fallo informático en los sistemas que centralizaban la recepción de los resultados de los comicios, que en Brasil se realizan en urnas electrónicas desde el año 1996.

El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luís Roberto Barroso, dijo en una conferencia de prensa realizada en la noche del domingo que una falla técnica generó la demora en la divulgación de los datos oficiales.

“Se produjo un atraso en la totalización de los resultados debido a un problema técnico que fue el siguiente: uno de los núcleos de los procesadores de la supercomputadora encargada de recibir y procesar el total de los votos falló y fue necesario arreglarlo”, explicó Barroso.

De acuerdo a lo que explicó el presidente del TSE, según consignó el portal Brasil247, la urna electrónica imprime cada boleta en el momento que termina la jornada electoral, confirmando cada voto.

“La idea de que la demora pueda traer algún tipo de consecuencia para el resultado final de las elecciones no tiene sentido alguno, porque el resultado ya salió cuando se imprimió la boleta”, explicó Barroso, despejando dudas acerca de la cristalinidad de las elecciones, que venían siendo cuestionadas en las redes sociales, fundamentalmente por simpatizantes del presidente Jair Bolsonaro.

Más temprano, durante la tarde y cuando aún la gente estaba votando en todo el país, Barroso, en otro contacto con los medios, había informado que existió un intento de atacar el sistema informático que almacena la información de la Justicia Electoral, pero que fue totalmente neutralizado. “De hecho, hubo un intento de ataque con una serie de accesos masivos para intentar derribar el sistema en su conjunto”, dijo el ministro Barroso, quien destacó que se pudo detectar el ataque, al que calificó como “totalmente inocuo”.

En cuanto a los resultados, no hubo mayores sorpresas en las principales ciudades del país, donde se dieron los resultados que vaticinaron las encuestas, por lo que las alcaldías de muchas localidades se definirán en la segunda vuelta, que se realizará el día 29 de este mes.

Casi 150 millones de ciudadanos brasileños estaban habilitados para votar en los comicios en los que se elegían alcaldes y concejales en 5.569 ciudades del país. En total, fueron cerca de 520.000 los candidatos que se presentaron para ocupar cargos en estas elecciones.

En la ciudad más poblada del país, San Pablo, el candidato más votado fue Bruno Covas, que pertenece al centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que obtuvo 32,8% de los votos, cuando se había procesado algo más de 55% de los votos. De acuerdo a lo que informó CNN Brasil, segundo, con 20,35%, se ubicó Guilherme Boulos del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), por lo que los dos postulantes mencionados pasarán a la segunda vuelta. Tercero, con 13,65%, quedó Márcio França, del Partido Socialista Brasileño; Celso Russomanno, del partido de derecha Republicanos, quien era el candidato que había tenido el apoyo de Bolsonaro, finalizó cuarto con 10,49%; Arthur do Val Mamãe Falei, del partido derechista Patriota, sacó cerca de 10%; y más atrás con apenas 8,58% de las adhesiones quedó Jilmar Tatto, candidato del Partido de los Trabajadores (PT).

En Río de Janeiro los resultados a boca de urna indicaron que el postulante más votado fue Eduardo Paes, del partido de derecha Demócratas, con 39%, quien competirá en la segunda vuelta con el actual alcalde carioca, el ingeniero y pastor evangelista Marcelo Crivella (Republicanos), respaldado por Bolsonaro, que sacó 20% de los votos. En tercer lugar, con 14% de los apoyos, se situó Benedita da Silva, del PT.

En Belo Horizonte no hubo misterios y la elección fue ganada por el actual alcalde, Alexandre Kalil del Partido Social Democrático (centroderecha), quien se quedó con más del 60% de los votos.

En Salvador, capital del estado de Bahía, también la elección se liquidó en primera vuelta, ya que el candidato Bruno Reis de Demócratas, obtuvo alrededor de 63% de los votos, ganando con luz la elección. En segundo lugar, muy lejos de Reis, se ubicó Denice Santiago, candidata del PT, que logró cerca de 19% de las adhesiones.

En Porto Alegre, la segunda vuelta del 29 de noviembre enfrentará a Sebastião Melo, del centrista Movimiento Democrático Brasileño, y a Manuela D’Ávila, candidata del Partido Comunista, que tiene como compañero de fórmula a Miguel Rossetto, un referente del PT, sector que por primera vez en 40 años no presentó un candidato propio en la capital del estado de Río Grande do Sul.

Con algo más de 50% de los votos escrutados la elección venía muy pareja. Melo tenía 30,7% de votos, D’Ávila sumaba 29,6% y más atrás estaba el actual alcalde de la ciudad, Nelson Marchezan Júnior, del PSDB, con poco más de 20% de los apoyos.